Empezamos el año con la misma ilusión que siempre, con numerosos proyectos, muchas ganas de hacer actividades de todo tipo y de mejorar servicios. En definitiva, de seguir creciendo y generando actividad para que Arcos sea un buen lugar para vivir. Cuando, como aquel que dice, no habíamos empezado el año, llegó el confinamiento y dio al traste con todo lo que ya habíamos puesto en marcha.
El primer mal momento, aún antes del confinamiento, fue suspender la matanza este año que además, fletaban un tren desde Madrid... ¡qué putada!. A partir de ahí, ya vimos que esto era muy serio y había que actuar con muchísima responsabilidad. El confinamiento fue duro, sobre todo para aquellas personas que estaban solas. Por ello se montó un grupo de voluntarios por Whatsapp en colaboración con los CEAS. Este grupo, gente no solo de Arcos, sino de toda la comarca, estuvo todo el tiempo pendiente de aquellas personas más necesitadas, sobre todo de compañía. Por eso esas llamadas que se hacían a diario eran tan importantes ayudándoloes a mantener el contacto con gente y con la realidad a aquellos que estaban solos. Duros fueron también los momentos en los que no había masacarillas en el mercado para poder protegernos y, gracias a la Diputación y repartidas por el Ayuntamiento, conseguimos hacer llegarlas a todo el pueblo.
Los comerciantes también tuvieron una gran importancia en aquellos momentos, y la siguen teniendo, ya que nos tenían que abastecer de productos a toda la población y además, hacían servicio a domicilio a aquellas personas que así lo demandaban. Un 10 para el comercio local.
El problema es que había otros negocios, los servicios y la hostelería, que tenían que estar cerrados. Por ello el Ayuntamiento aprobó una línea de ayudas para estos sectores más perjudicados por el cierre total o parcial de sus medios de vida. Tras aprobarse las bases y dar plazos de presentación de documentación, se resolvieron subvenciones por encima de los 60.000 euros.
Mencionar a los empleados municipales, que en todo momento estuvieron a disposición de las necesidades que cada día se iban presentando. Se consideró necesario empezar a desinfectar, al menos la zonas más transitadas (centro de salud, entradas a comercios, residencia, etc). Esta desinfección se hacía a diario al principio y posteriormente en días alternos. Hsta ahora se sigue con esta tarea. Han hecho un gran esfuerzo llevando medicinas a los distintos barrios, productos de primera necesidad, en definitiva, dotando de servicios a los vecinos.
En verano, se decidió que se iba a mantener la restricción de actividades y ni siquiera se abrió la piscina municipal, ya que en todo momento se priorizo evitar contactos e intentar mantener el pueblo limpio de covid. Fue un verano muy diferente, sin fiestas en los pueblos, sin Pista ni terrazas por las noches. Un verano que creo que sí que nos ha permitido recorrer más nuestra comarca, conocer lugares nuevos dentro de la zona disfrutando de espacios como la Laguna de Judes, que ha estado preciosa este año, o la Chorronera de Velilla y la Cueva de la Grajera con accesos mejorados. En fin , también hay que sacar algo positivo de todo esto.
Tras el verano, entendíamos que volvíamos a cierta normalidad. Los niños al colegio y al instituto, empezamos a prestar servicio de guardería, se valoraba el inicio de otras actividades, pero lejos de acabarse todo esto, en nuestro pueblo fue cuando empezó a complicarse la situación. Primero unos pocos casos, a los que se sumarían otros después, hasta que entró en la residencia. Fue duro ver cómo subían las cifras, cómo se propagó en cuestión de horas o días. Todos asumíamos que algún día llegaría, y al final llegó. He de reseñar el buen funcionamiento de la residencia, dirección y trabajadores, del equipo covid residencias de la JCYL, del equipo de rastreadores, y el Soporte de los profesionales sanitarios, para que en estos momentos ya no haya nuevos casos.
Un año muy duro para todos, y especialmente para aquellos que hemos perdido a algún ser querido. Vaya para todos ellos nuestro recuerdo y consideración por la huella que han dejado en nosotros.
Hoy termina, por fin, este año, con la esperanza y con la ilusión de que el año que empieza nos haga olvidar cuanto antes, lo acaecido en este 2020. Ante todo y sobre todo, deseo que este año que empieza nos traiga salud y optimismo a toda la población y a toda la comarca.
Feliz Año Nuevo.
JALON
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