NOCHEVIEJA

Cada año, el día 31 me despierto con nervios y energía, creyendo que soy capaz de comerme el mundo. Este año es diferente, me despierto con una sensación de esperanza y paz, sabiendo que sí, soy lo suficientemente capaz de comerme el mundo si me lo propongo.

Recuerdo que el año pasado por estas fechas, sonaba por primera vez la palabra Covid-19, y “nos reíamos” de los chinos porque no podían celebrar el año nuevo. Quien nos iba a decir que podría cambiar tanto la cosa de una nochevieja a otra. Ahora, estaríamos con los nervios de pensar si el look oficial para la fiesta de nochevieja, es lo suficientemente elegante, porque ¡ojo!, salir en nochevieja sin lentejuelas o de negro, es como ir sin disfrazar en carnaval.

Este año, la nochevieja es muy diferente, pero también creo que es muy necesaria. Estamos acostumbrados a una vida sin pausas, pero con muchas prisas, sin pararnos a disfrutar del camino en muchas ocasiones.

Siempre hemos deseado que fuera el momento de comernos las uvas, porque eso significaba que era la hora de salir. Nos dejábamos atrás muchas sensaciones y emociones, como disfrutar de la familia, y de, como dice la canción “hacer el balance de lo bueno y malo, cinco minutos antes de la cuenta atrás.”

Yo estoy deseando que llegue la hora de la cena, no la hora de salir como otros años, no. La hora de la cena, porque al fin y al cabo, las personas que se sienten a mi lado serán las personas que me han acompañado en este 2020, y son las personas a las que debemos agradecer el haber estado ahí, este año más que nunca.

Podría deciros que me da pena que esta nochevieja sea como las demás, pero os estaría mintiendo. Estoy deseando cenar lo que me apetezca, beber lo que quiera, y después de las uvas tumbarme en el sofá a ver en la tele el repaso del año y las actuaciones de los artistas del momento, porque no lo apreciamos ningún año, pero es digno de ver.

Y no podía faltar al día siguiente ver el concierto de año nuevo que nunca me pierdo, porque para mi significa que empieza la cuenta atrás para un año nuevo, lleno de miles de posibilidades. En parte estoy agradecida, porque hemos sido conscientes de que la vida es efímera, y el tiempo corre. Que este 2021 sea verdaderamente el año de romper esquemas, tomar acción y cumplir todos esos propósitos, yo las ganas las tengo, ¿Y tú?.