ACUÉRDATE DE VIVIR

Un día de Enero de 2021, cuando pedíamos a gritos un poco de esperanza para continuar, empezaron a caer sobre nuestros hombros pequeños copos de nieve.

A estas alturas, todos estaremos pensando “vaya mierda la nieve, se han congelado tuberías, el suelo es una pista de patinaje, bla, bla, bla.” Y, sin nosotros quererlo, cuanto más cubierta estaba la calle, más cubierto estaba nuestro corazón.

Cubierto de esperanza y de sensaciones positivas, con ganas de salir y disfrutar de un día entre amigos y familiares, dejando atrás todo tipo de problemas. Filomena me dejó unas grandes reflexiones.

La primera, es que, cosas tan sencillas e insignificantes, pueden ayudarte a cambiar por completo tu actitud. Un día diferente, hace que tu semana se convierta en especial.

La segunda, es que, a cada paso que das, dejas huella. Realmente la vida es así de maravillosa, todo tiene un por qué y debemos saber valorarlo y aprovecharlo.

Y por último, la gran reflexión. Hay que vivir el momento, hacer lo que te nace de dentro. Yo el día que comenzó a nevar, me encontraba estudiando, llevaba una organización tan estricta que tenía franjas horarias hasta para comer, y de repente llegó Filomena.

Tenía unas ganas increíbles de salir a meterme alguna ostia antes de que la nieve se derritiera, porque la nieve, al igual que la vida, se van con el paso del tiempo, así que cogí mis mejores galas y pa’ la calle que me fui.

Con todo, esto os quiero mostrar la importancia de vivir el momento porque lo demás es incierto y que, “cuando aprendes a disfrutar de los pequeños detalles de la vida, descubrirás lo más grande de ella”