¿TE ESTÁ ESCLAVIZANDO EL MIEDO AL CAMBIO?

|

Albert Einstein decía: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, un pensamiento totalmente lógico. Entonces, ¿Por qué nos resistimos a los cambios? ¿Por qué nos centramos solo en lo negativo y nos olvidamos de que también puede suponer una oportunidad?

En un primer momento es totalmente normal, que ante un cambio, nos centremos en todos los peligros que puede suponer en nuestra vida y que aparezca el miedo. Es un mecanismo de defensa que tiene nuestro cerebro para protegernos: centrarse primero en los riesgos, para prevenir y protegernos. Efectivamente, pero solo “para prevenir y protegernos” no para bloquearnos y cegarnos ante todo lo positivo que puede aportarnos también ese cambio.

Por ese mismo motivo, si hemos tenido un día maravilloso, pero ha ocurrido algo desagradable, por pequeño que sea, nuestro cerebro se centrará más en eso para que reflexionemos y hagamos prevención para que no vuelva a suceder. Pero sin que llegue a amargarnos el día y a eclipsar todo lo bueno que hemos vivido.

Cuando todo esto no lo gestionamos bien, existe el riesgo de que nos volvamos personas negativas, pesimistas, rígidas y con muchísima resistencia al cambio: Nos quedamos  estancados, no evolucionamos y la frustración puede ser el final de este camino.

Por fortuna cuando somos niños este sistema de equilibrio funciona correctamente, porque de lo contrario nunca llegaríamos a andar (por ejemplo): para un niño, andar supone un gran cambio, tiene miedo a caerse, pero a pesar de todo se levanta y vuelve a intentarlo. Y cada vez que se cae aprende algo nuevo, hasta que termina aprendiendo a caminar. Es una oportunidad que no puede desaprovechar.

Por eso, tenemos que ser conscientes que tener miedo al cambio es algo normal en el inicio, pero la grandeza del ser humano hace que superemos ese miedo y veamos todas las oportunidades que nos ofrece y que podemos elegir: ¡Eso realmente es lo que nos hace libres!

 Y a ti, ¿te está esclavizando el miedo al cambio?

Para ayudarte a responder esta pregunta, vamos a analizar las fases de un cambio:

1ª Fase: Sorpresa. En ese momento todo es confusión, no podemos pensar con claridad, ni en otra cosa y nos cuesta un tiempo reaccionar.  Es como si tuviésemos que “digerirlo” y nuestra energía y recursos se centraran en esta acción.

2ª Fase: Negación. Nos negamos a aceptar lo que ocurre. Es entonces cuando nos planteamos un sinfín de preguntas o hacemos afirmaciones tipo: ¡No me lo puedo creer! ¿Por qué ahora? ¿Por qué a mí?, etc.

3ª Fase: Enfado. Nos sentimos amenazados por el Universo entero. Esta emoción es necesaria para que identifiquemos aquello que debemos aceptar y reaccionemos en consecuencia. Así que cuanto lo hagamos, mejor que mejor.

4ª Fase: Miedo. Se activa cuando tomamos conciencia de que vamos a tener que asumir responsabilidades. También aparecen los fantasmas de fracasos anteriores…

5ª Fase: Transformación y el aprendizaje. Tomamos conciencia de que perdemos algo, pero que ganaremos otras cosas. Es como si negociásemos con nosotros mismos.

6ª Fase: Una nueva realidad.  Escuchamos realmente nuestros deseos, lo que nos apasiona de verdad y decidimos apostar por ello.

¿Te has quedado atrapado en alguna de estas fases? No te preocupes porque en el artículo de la semana próxima veremos cómo salir de cada una de ellas para avanzar.


No olvides que tu vida no mejorará por casualidad, solo mejorará con el cambio.



Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

Comentarios