DIEZ MIL MILLONES

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Pedro Sánchez estuvo el viernes pasado en Soria para anunciar que se invertirán diez mil millones de euros en la España Rural. Una cifra de diez ceros que el presidente del Gobierno anunció que van a destinar a luchar contra la despoblación y llevar innovación y sostenibilidad a la España Rural, con un plan de 130 medidas con las que prometen garantizar la igualdad de derechos y de género en nuestros pueblos. Lo que no nos ha contado es cómo pretende hacerlos llegar. Quizá nos lleguen en helicóptero, porque en transporte público va a estar complicado y por Internet, recibirlos va a ser cuestión de subirnos a buscar cobertura a una montaña.

En una feria de la despoblación, Presura20, donde la conversación debía haberse centrado en medidas concretas, plazos cortos y planes contrastados, los políticos nacionales y regionales se dedicaron a buscar votos a través de palabras vaciadas de contenido, que iban desde el Plan de Vacunación, en el que todos lo hacen mejor que los otros, hasta la recuperación económica a través de potenciar el turismo de siempre, de ingleses en Magaluf o en Benidorm, a los que no les interesa el valor de nuestro patrimonio. Potenciar el turismo interior y no el de masas, se quedará ya para otros toda vez que la pandemia nos deje volver a los excesos de siempre. Que se tomen decisiones desde despachos en capitales, sin vivir los problemas que en el día a día nos encontramos nosotros para competir en el mercado contra urbes monstruosas, es el peor de los escenarios que la España Vaciada puede encontrarse. Gobierno central y administraciones regionales se pelean entre ellos por gestionar los Fondos de Europa, mientras le dicen a las administraciones locales que no se fían de ellas para que pongan la inversión en donde realmente hace falta.

Nos llevan diciendo desde tiempos inmemoriales que es primordial conectarnos a la banda ancha para paliar la Desigualdad Territorial y no hacemos más que protestar porque nadie hace nada. ¿Será el momento ya? Pero no nos podemos centrar en que nos pongan buenas conexiones, pues esto no va a fijar poblaciones en nuestra zona. Necesitamos mucho más. Hace falta trabajo, que solo pueden crear emprendedores que abracen la vida rural y quieran utilizar los recursos que aquí generamos para crear empleo. Y hace falta cultura que permita a la gente joven querer quedarse en nuestros pueblos y atraiga a emprendedores a invertir en ellos.

La realidad que vivimos en las zonas rurales es que en el pueblo hay muy poco paro. El desempleo es un mal endémico sobre todo de las ciudades, pero aquí, por contra, nos encontramos con dificultades para contratar a alguien cualificado. Ese que ha podido estudiar y formarse, prefiere vivir en la ciudad donde tiene opciones para gastar su dinero. Nos olvidamos constantemente de la oferta cultural y de invertir en promoverla, cosa que saben bien en la ciudad, donde no paran de gastar en ofertar opciones de ocio cultural que atienda la necesidad y las inquietudes de la población más joven. ¿Contra esto podemos también luchar? Pongamos el foco ya en las necesidades reales del mundo rural y en las inversiones que necesitamos, y no les dejemos volver a hablar con palabras grandes más vacías que nuestros pueblos. No sé si llegarán los diez mil millones de euros, pero les hemos escuchado ya los mismos discursos diez mil millones de veces. ¿Nos lo creemos?

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