Empiezo a detectar que el truco no está en airear nuestras carencias y expresar nuestra constante queja, sino en elevar a público las ventajas de nuestro modo de vida y ofrecer alternativas para facilitar la transición entre el modo de vida actual y al que debemos llegar, según dictan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas. Esto, que suena a desconocido y a nadie le anima a investigarlo, Margarita Asuar lo ha plasmado en una exposición en Monteagudo de las Vicarías, donde 17 artistas plasman los 17 objetivos de forma visual. Los ODS no son otra cosa que aplicar el sentido común para ir cambiando nuestras vidas en favor de una mayor sostenibilidad. Que el planeta está enfermo no lo duda ya casi nadie a estas alturas. El cambio climático está haciendo estragos y cada vez son más frecuentes los dramas causados por el clima. O cambiamos el estilo de vida o estamos muertos. Esta es la principal razón para promover un retorno a la vida en los pueblos.
Se vive en el ámbito rural más en sintonía con la Naturaleza. Funcionamos, por lo general, de forma más sostenible y se están creando ya estrategias de consumo de kilómetro cero y el uso de energías renovables para provocar una autosuficiencia energética generada de forma limpia. Promover un retorno al mundo rural viene también a frenar la sangría del clima. Pero para ello vamos a necesitar transportes. El ferrocarril y una red de carreteras bien mantenida son fundamentales para provocar que el Ciudadano Circular, que ayer José Ángel Zabalegui me definía desde Bubierca, pueda vivir y trabajar al tiempo en el pueblo y en la ciudad.
Es vital que los servicios no se midan por su rentabilidad económica si queremos revertir la despoblación. Para promocionar el regreso al pueblo hay que proporcionar antes los medios. Debe haber médicos más allá del número de pacientes que vayan a atender en este momento, pues ya habrá más. Debe haber inversión pública para que la oferta cultural se pueda soportar a pesar de ser deficitaria por el momentáneo escaso público, pues ya habrá más. Debemos tener maestros en cada pueblo donde queramos que mañana haya niños, pues ya habrá más. Debemos dejar de hablar de rentabilidad económica en el mundo rural, de medir en dinero el uso actual y pensar en la inversión que estamos obligados a hacer si queremos preservar la vida. Estamos ante una oportunidad de oro para cambiar la historia y, de estas, no habrá más. Pongámonos manos a la obra administraciones, empresas y personas, todos debemos aportar.
Feliz semana altojaloneras y altojaloneros.
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