INFLUIR: ¿TE QUIEREN O TE AGUANTAN?

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Influir significa carisma, construir una identidad de marca (personal o comercial), aportar experiencias, gestionar equipos, inspirar grandeza en las personas que tienes en tu entorno y generar sinergias con otros colaboradores. 

Pero, sobre todo, es una herramienta clave a la hora de comunicarnos. Ya que también supone persuadir, saber poner en valor y mantener una comunicación eficaz y asertiva, tanto a nivel interno como externo.

Pero obviamente solo puedes influir positivamente y a favor de tus intereses si primero fluyes tú. Cuando no fluyes, influyes también, pero siempre de forma negativa.

Entonces, ¿cuál es tu nivel de influencia?: A ti ¿” Te quieren” o “Te aguantan”?

Te recomiendo, que a continuación contestes las siguientes preguntas y escribas sus respuestas, para profundizar mejor en ellas.


Auto Test:

1. Si tú no existieras, ¿qué crees que se perdería el mundo o el sector en el que trabajas?

2. ¿Ves a los demás como rivales o como compañeros de viaje?

3. ¿Te comunicas bien o sientes que hablas, en ocasiones, en “otro idioma”?

4. ¿Te cuesta decir “no” y/o poner en valor algo cuando dices “si”?

5. ¿Cómo reaccionas ante un conflicto?

6. ¿Te resulta sencillo cambiar la actitud de los demás para convencerles?


Vamos a centrarnos en la reflexión de la primera y la última pregunta. La respuesta de la  primera es importante porque te ayudará a identificar el valor añadido que aportas al mundo o al mercado, todo aquello que marca la diferencia respecto a las demás personas o a la competencia. Y en eso precisamente será en lo que tendrás que poner el punto de mira para potenciar tu valor y para posicionarlo como el faro que te guíe en la travesía.

En el caso de que la respuesta sea “si yo no existiera el mundo y/o el sector no se perdería nada”, ¡replantea tu misión! Piensa, rómpete la cabeza hasta que lo encuentres. Tiene que haber algo que solo tú puedes aportar y que seguramente estará relacionado con aquello que te impulsó a emprender o a iniciar un cambio en tu vida. Haz memoria, seguro que lo encuentras.

Y en el peor de los casos, siempre puedes ofrecer lo mismo que los demás, pero de una forma diferente y creativa, generando una experiencia totalmente alternativa y rompedora.

Respecto a la última pregunta, su respuesta es muy importantes, ya que influir o persuadir a alguien supone cambiar su actitud. ¿Cómo conseguirlo?

La Psicología y la Inteligencia Emocional nos dan claves para llevar a cabo este reto:

La actitud se forma por la información que recibimos, por las experiencias y por las motivaciones. Además, la actitud puede cambiar cada segundo, así que podemos cambiarla en una persona cuando nos lo propongamos si lo hacemos correctamente.

Bastará con facilitar la información que consideremos oportuna, decirla de una manera adecuada (el “cómo” será muy importante) para generar una experiencia positiva y dar las motivaciones adecuadas.


Por ejemplo: En estos momentos estás leyendo este artículo y tu actitud ante el mismo está variando continuamente. Antes de empezar tu actitud podría ser de curiosidad o de interés, porque pensabas que podía resultarte útil.

Esa actitud habrá ido variando en función de la información recibida, si esa información la necesitas o no y según la experiencia que estás viviendo a medida que avanzas párrafo a párrafo.

¡Espero que la actitud continúe siendo positiva!


Todas las personas funcionamos de la misma forma, tenlo en cuenta cuando desees cambiar la actitud de tu interlocutor.



Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

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