El cansancio emocional no llega de un día para otro o por haber padecido una situación puntual de estrés emocional. Este tipo de cansancio se va acumulando con el tiempo, cuando hacemos un sobreesfuerzo y/o asumimos responsabilidades más allá de nuestras posibilidades. Suele aparecer cuando es necesario realizar un sacrificio si la situación lo requiere (en el entorno laboral puede ser una respuesta ante el riesgo de perder el trabajo, ante una relación de pareja conflictiva o ante la necesidad del cuidado de un familiar que necesita toda nuestra atención). En pocas palabras: el cansancio emocional se produce cuando la balanza se desequilibra y sentimos que damos más de lo que recibimos, a nivel emocional.
¿Y por qué nos ocurre eso? Generalmente sucede cuando no somos capaces de poner unos límites claros a nuestra entrega en el entorno laboral, de pareja, familiar, social, etc. Y, es más, si logramos poner esos límites, nos sentimos culpables…
Pero si, además, no somos capaces de identificarlo y de hacer algo para paliarlo, un día u otro acabaremos “rompiéndonos”, porque literalmente “ya no aguantamos más”. Es entonces cuando se produce un bloqueo, frustración y existen muchas posibilidades de desembocar en una depresión.
Pero, ¿cuáles son los síntomas del cansancio emocional?
¿Qué podemos hacer?
Desde luego no será suficiente con descansar físicamente, también será necesario realizar un “reseteo emocional”, trabajando en un cambio de actitud ante nosotros mismos.
Ten compasión de ti mismo, cuídate y ¡no te maltrates!
Por eso es muy importante que trabajemos también en la prevención de este tipo de cansancio, antes de llegar al agotamiento y la extenuación.
¿Cómo prevenir el cansancio emocional?
¡Solamente clarificando los conceptos anteriores podrás ser consciente y objetivo para poner límites en tus acciones y sentirte orgulloso de ello, nunca culpable!
Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.
JALON
NOTICIAS.ES
Comentarios