JUDES

 Entre Chaorna e Iruecha se encuentra Judes, rodeada de un precioso sabinar y enebros.

     A la entrada y a la derecha nos recibe un monolito de cemento embellecido con estucado de piedras dedicado a su patrona Santa Teresa de Jesús, protectora de cualquier mal que pudiese entrar al pueblo.

     Judes en tiempos pasados tenía horno de aceite de esencia de enebro, utilizado para curar los males del ganado, igualmente contaba con una yesera.

     En tiempos de moros se escavaron pozos para paliar la escasez de fuentes ya que las pocas que existían apenas tenían curso debido a las características del terreno calizo.

     La joya de la corona es la famosa “ Laguna de Judes” situada en un paraje rodeado de sabinas y de tierras de labor, algo escondida tras un camino rural por fincas poco antes de llegar a Judes.

     Dicha laguna se llenará dependiendo de las precipitaciones que se produzcan de nieve y lluvia, en años secos la laguna permanece seca. Es muy visitada especialmente cuando está colmada por curiosos que se fotografían para inmortalizar el momento, algunos dicen que cuando se desborda sus aguas llegan hasta Chaorna.

     Una vez en el pueblo podemos visitar la mayor Iglesia Parroquial por su altura  de la pedanía dedicada  a la Asunción de la Virgen, preciosa entrada con sus cuatro arcos y el central que sirve de entrada.

     En su interior contiene pila bautismal, esculturas dedicadas a la Virgen y retablo en honor a Santa Teresa y el Santo Cristo. Nos cuentan que tuvo un órgano pero que no quedan reseñas del mismo una verdadera pena. Apreciadas son las arras de Santa Teresa y su relicario por todos los judeños.

     No podemos olvidar su lavadero con sus dos pilas de lavado y su pequeño rincón deportivo.

     Leyendas como la mostrada por nuestro periódico del arriero y sus doce toros con la ofrenda a Santa Teresa o del romance de la Loba Parda. Muchas más tradiciones y costumbres nos guarda Judes, pero eso mejor conocerlo realizando una visita y poder oírlo de los más longevos del lugar, al  calor de un rincón o dando un agradable paseo ellos lo agradecerán.