INSECTOS E INEPTOS

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Todos conocemos o hemos oído hablar del “ efecto mariposa”. Según parece, el vuelo del insecto en cuestión, en un momento dado podría romper el equilibrio planetario y provocar una hecatombe en el hemisferio contrario a donde se encuentra aleteando.


Una nimiedad, algo tan pequeño como un soplo poco afortunado y desde luego no mal intencionado, podría desencadenar maremotos, inundaciones y arrasar ciudades. Cuesta creer que esto sea así, pero es lo que se conoce como “ Teoría del Caos. Dentro de un sistema en movimiento, cualquier perturbación por pequeña que sea, podría a corto o medio plazo provocar una situación impredecible y caótica, muy lejos de donde se está produciendo.


Esto es física y matemáticas, pero a mi gustaría hablaros del efecto mariposa doméstico, este sin teorías ni algoritmos, es mucho más predecible. Casi todos los que hemos tenido años de convivencia con nuestras parejas los hemos vivido. Después de mucho tiempo en paz, basta con que un día uno no haya bajado la tapa del retrete o no haya limpiado adecuadamente los pelos residuales en la ducha, para que el reproche desencadene una tempestad, estos reproches son como cuchillos que penetran hasta el mango en la estima del otro cónyuge.


Yo no me siento capaz de discutir las consecuencias de este efecto sobre la física del equilibrio universal. Pero vemos que, en la convivencia cotidiana, unas palabras destempladas o un gesto de desdén actúan como un cuchillo y, este puede emplearse inocentemente para cortar y repartir o, usarse como un arma mortal.


Todo esto, para que estemos vigilantes y evitemos extrapolar el puñetero efecto a nuestra descompuesta política. El odio y la estupidez con que se insultan Gobierno y Oposición en el Parlamento generan una atmosfera propicia al desconcierto y al caos. Puede que tras tanta bronca tabernaria salte un día una chispa imprevista que provoque un efecto mariposa entre los ciudadanos, no será lo deseado por nuestros vociferantes lideres, pero a lo mejor, en un momento de irreflexión y hartazgo, nos liamos a garrotazos y cuchilladas.


Se ha luchado mucho para vivir en democracia y llegar a ser uno de los mejore países del mundo. Resulta trágico y cómico, que unos políticos como estos echen tanto trabajo y sacrificio por la borda. Unos por fanáticos, otros por pusilánimes y todos ávidos de poder.


Ninguno parece darse cuenta, que sobre sus mesas tienen ese cuchillo que vale para servir y repartir y, sobre el que aletea una inquietante mariposa.


“ Nunca podremos predecir el vuelo del insecto, pero debemos quitar el cuchillo de manos del inepto”.

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