MIS CUATRO DESEOS PARA EL AÑO NUEVO

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Llega el 31 de diciembre, último día del año, y toca hacer balance de resultados, comprobar qué es lo que mejor ha funcionado para potenciarlo, y analizar aquello que no ha cumplido con las expectativas, para aprender y mejorar con la experiencia. Un año que ha estado marcado primero por la guerra de Ucrania y la puesta en marcha del proyecto 'Espirito Alto Jalón por Ucrania', acción solidaria en la que se volcó una comarca entera para ayudar a los damnificados por la guerra; y después por un incendio que asoló 10.000 hectáreas de monte, matorral y frutal, lo que perjudicó gravemente las opciones de vida y desarrollo del Alto Jalón, particularmente de la zona del valle del Manubles. 


En El Alto Jalón podemos sentirnos muy orgullosos en este 2022, nuestro segundo año de existencia, habiendo conseguido incrementar en un 40% las entradas a www.elaltojalon.es hasta llegar a superar, desde el pasado 1 de enero, el 1.750.000 visitas.  Entradas a nuestra web que se incrementan provocadas por las más de 4.100 noticias publicadas en estos 365 días, todas sobre nuestros pueblos del Alto Jalón, esos en los que todos nos decían que "no pasaba nada" antes de que comenzásemos a inundar Internet con nuestras informaciones. Ahora, cuando nos paran por la calle, esos mismos que tenían la percepción de que estábamos vacíos, recorren los pueblos en busca de sus actividades, compran en comercios y empresas que por fin conocen apoyando esas iniciativas rurales, descubren opciones de turismo, tienen ideas de emprendimiento, o discuten sobre vías de desarrollo para su pueblo al hilo de las que está proponiendo el municipio vecino. Es la magia de la comunicación, un motor más de desarrollo del que debemos aprovecharnos todos.


Es un empeño personal el de tratar, mediante la comunicación, de mejorar la vida para todos los que hemos decidido quedarnos en el Alto Jalón. Como también es objetivo arrojar luz sobre los que están pensando en unirse a nosotros a traer ideas, aportar talento, abrir caminos nuevos o potenciar los que ya tenemos abiertos. Tenemos que hacerles ver que nuestra comarca tiene atractivo y, sobre todo, hueco para nuevas vecinas y vecinos con ganas de trabajar en nuestro pueblos. Aquí el emprendimiento es posible, está más que demostrado. Así que amigos y amigas del Alto Jalón, mi primer deseo para el Año Nuevo es que nos creamos, de una vez por todas, que podemos revertir el problema de la despoblación; que en el pueblo se vive igual o mejor; que nadie es mejor o peor por tomar la decisión de apostar por el mundo rural; pero que nos tenemos que quitar de encima el sentimiento de inferioridad que nos han creado años y años de desprecio hacia todo lo que tenía que ver con vivir en el pueblo.


Seguro que si nos lo creemos de una vez, sabremos mucho mejor venderlo y contar las grandes ventajas que tiene vivir y emprender o trabajar en un pueblo. Sin embargo, como incentivo no estaría mal bonificar desde las instituciones a los emprendedores autónomos, a las sociedades, y por qué no, también a los trabajadores de estas empresas que se vengan a vivir al mundo rural. Exenciones fiscales que afecten de verdad serían necesarias para esto, como una rebaja del 100% durante el primer año en los costes de la Seguridad Social al que se venga a establecer a nuestro lado. ¿Para cuándo un tipo impositivo especial de IRPF para el habitante rural? Ya que no gastamos en transporte público, que no tenemos... Ya que pagamos más por acceder a la Sanidad, o a la Formación, pues está todo muy lejos... Ya que contamos con peores carreteras, peor conectividad de telefonía e Internet... Ya que aquí, todo servicio es menos, pedimos ventajas competitivas reales que aseguren la igualdad de oportunidades. Vaya aquí mi segundo deseo para 2023.


Al hilo de atraer a población, existe un problema fundamental a solucionar, como es el de ausencia total y absoluta de un parque inmobiliario de alquiler y venta, que incluso está afectando a nuestra posibilidad de retener la escasa población que aún nos queda. Tenemos vivienda, pero está en su mayoría hecha un desastre. Arreglemos y pongamos en alquiler la casa de la abuela a un precio que la gente entienda como ventaja. Amigos propietarios y propietarias que ya tenéis la casa en el mercado, aunque la ley de la oferta y la demanda así lo diga, no podemos cobrar por un piso en el pueblo lo mismo que en Calatayud o Soria, porque si no, la seguiremos teniendo vacía, dejando a nuestro pueblo sin vida. Ayuntamientos y Diputaciones, ayudemos a los particulares a tomar estas decisiones con seguros de cobro de alquiler, vinculados a la puesta en el mercado de estas viviendas a precios rebajados. Ayudemos también con subvenciones a estos propietarios privados a rehabilitar las viviendas a cambio de que mantengan bajos los precios. Pongamos cada uno de nuestra parte, propietarios y administraciones, para conseguir alquileres baratos de viviendas en condiciones; una ventaja estupenda para atraer a nuevos habitantes y, no menos importante, para evitar que se nos sigan yendo tantos jóvenes. Y este sería el tercero de mis deseos para el Año Nuevo.


Ventajas fiscales reales para el habitante y el emprendimiento rural, incrementar la oferta de vivienda asequible y en buenas condiciones, y creernos nosotros mismos que en el pueblo sí que hay opciones y oportunidades de quedarnos y tener una vida plena y feliz. De hecho, fijaos lo que os digo aquí, la mayoría de los que se marchan, vuelven otra vez al pueblo a vivir sus años de jubilación, al menos hasta que la obligación de estar cerca de un hospital les demanda otra situación. ¿No será que si pudiéramos, casi nadie se iría de aquí? El mundo funcionaría mejor si estuviéramos más repartidos, al menos para la mayoría de la población. Así que mi último deseo, y pido cuatro como ventaja que me tomo por ser rural, será el mismo que el de todos, un 2023 más sostenible y con los pueblos más llenos de gente, porque vacíos de lo demás no hemos estado nunca, solo hicieron que nos lo creyéramos así. Esta es la España de las Oportunidades.


Feliz 2023, altojaloneras y altojaloneros.






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