TORRIJO DE LA CAÑADA

Torrijo de la Cañada cuenta ya las horas para uno de los actos más importantes del año en la localidad de la vertiente zaragozana del Alto Jalón. La representación de la Pasión de Cristo que se lleva a cabo el Viernes Santo, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional en 1997 por el Gobierno de Aragón, atrae a cerca de medio millar de visitantes cada año para asistir conmovidos a uno de los actos más emotivos de la Semana Santa en el Alto Jalón.

Perdida durante cerca de un siglo, la representación torrijana de la Pasión fue recuperada a principios de los años 90 del siglo pasado por un grupo de vecinos que constituyeron al Asociación de Tambores, Soldados Romanos y Túrriga del Cristo de San Juan de Torrijo de la Cañada. El Viernes Santo, los soldados romanos irrumpirán en la Iglesia de Nuestra Señora del Hortal, haciéndose notar con el ruido de sus pasos al marchar. Una vez fuera de la Iglesia, los guardias romanos rodearán al Cristo en su camino hacia el Calvario. Interpretado por un vecino ataviado con una túnica, una peluca, una corona de espinas y la cruz al hombro, Jesucristo recorrerá la distancia entre la puerta de la Iglesia y el escenario de la plaza, escenificando el Vía Crucis. En su camino, representa las tres caídas y de entre el público, aparece otra vecina interpretando el papel de Verónica, que limpia el rostro de Jesús dejándolo impreso en el paño.

Ya en el escenario de la plaza, donde le esperan dos cruces clavadas y una tendida en el suelo, el "actor" que hace de Jesús deja su sitio al Cristo articulado de Torrijo de la Cañada, una imagen del Gótico tardío, de tamaño natural, de gran valor artísitico y muy bien conservada, que es colocada en la cruz entre un sepulcral silencio solo roto por los impresionantes golpes con los que se introducen los clavos, o por el ruido de la lanza que se clava en el pecho del Cristo, al que incluso le brota sangre de las heridas. Tras esto, la imagen del Cristo ya crucificado desaparecerá tras una tela y será custodiada por los guardias romanos mientras se celebran los oficios en la Iglesia.

Tras los oficios, la acción vuelve a desarrollarse de nuevo en la plaza, donde tiene lugar el descendimiento o abajamiento de Cristo. Otros vecinos interpretan a José de Arimatea, Nicodemo o a las "Marías", que preparan la Santa Cama en la que será colocado el Cristo articulado para la posterior procesión del Santo Entierro, que desfilará por las calles de Torrijo de la Cañada junto a otras imágenes, los tambores y la guardia romana. 

Al llegar de nuevo a la plaza, la Santa Cama subirá de nuevo al escenario. Allí, se procede a su sellado y los romanos rodean el sepulcro,  que será custodiado por ellos en la Iglesia durante toda la noche hasta el Sábado de Gloria, cuando los vecinos descubrirán que Cristo ya no se encuentra en el sepulcro y ha resucitado, entonando 'La Gloria de Dios' y celebrando la resurrección, perdonando y bendiciendo a los soldados romanos que han participado en su detención y posterior crucifixión.

Torrijo de la Cañada celebrará así de nuevo uno de los actos más sentidos por sus vecinos y vecinas. Una tradición recuperada a finales del s.XX, pero de la que hay documentación sobre su celebración y la existencia de una cofradía de romanos ya en la tercera parte del s.XIX. Su declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional, junto con el respeto y la pasión con la que lo viven sus "actores", hace que cada año esta localidad de la vertiente zaragozana del Alto Jalón se llene de turistas deseosos de comprobar de primera mano la solemnidad de la Semana Santa torrijana.

La agenda religiosa se completa en Torrijo de la Cañada con la procesión del Jueves Santo a las 20 horas, la vigilia pascual del sábado, y la eucaristía del Domingo de Resurrección a las 11.30 horas. 

En cuanto a los actos no religiosos, la Comisión de Fiestas de Torrijo de la Cañada ha preparado una discomóvil para este jueves, a partir de las 00.30 horas en la Casa de la Cultura, además de un gran festival, Torrijo Fest, para el sábado. Toda una tarde de fiesta infantil de disfraces Disney, con juegos y música, seguida de una cena popular con rifa, y una discomóvil en el pabellón municipal por la noche para bailar hasta la madrugada, esperan en la localidad del valle del Manubles para cerrar la Semana Santa.