ARIZA SE PREPARA PARA UNAS FIESTAS DE 'LA ERMITA' A CUBIERTO POR LA PREVISIÓN DE LLUVIA

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Virgen del amparo ariza


Este fin de semana se celebra en Ariza la fiesta de la Virgen del Amparo, patrona de la localidad zaragozana del Alto Jalón. Conocidas también como las fiestas de La Ermita por ser una romería hasta la Ermita situada en la carretera de Cabolafuente uno de sus elementos centrales, esta romería tradicional reune el fervor religioso y la fiesta popular, con la comida campestre como uno de los actos más concurridos. Con la mirada puesta en el cielo, la Asociación Cultural Virgen del Amparo y el Ayuntamiento de Ariza trabajan para poder celebrar la fiesta a cubierto si es necesario.


La fiesta comenzará el viernes, con el chupinazo, cabezudos y bombas japonesas para los más pequeños en la plaza del Hortal. Tras la procesión, tendrá lugar el tradicional baile con reparto de chorizo asado y vino en la plaza, siempre que el tiempo lo permita. En caso de lluvia, el acto será trasladado al pabellón municipal.


AMPARO ARIZA


El sábado, acompañados de la Banda de Música, tendrá lugar la bendición de rollos y la procesión hasta la Ermita, donde se celebra la Misa baturra y la subasta de rollos, tras la que habrá un vermut popular. Después, la gente se va con sus peñas o familias al Ardal a comer, aunque la cofradía se queda en la Ermita acompañando a la Virgen. Por la tarde, en la explanada de la Ermita está programado el baile y reparto de bebida por la cofradía, acto que también está previsto que se haga en el pabellón municipal en caso de lluvia. Ya por la noche, la fiesta continuará con una cena en el pabellón y discomóvil, durante la que se repartirán los clásicos premios de la rifa del cordero ya mencionada en escritos datados en 1902, y que sirve, junto con otras acciones, para sufragar los gastos de la fiesta.


La fiesta de La Ermita no ha sido siempre exactamente así. Hasta hace unos años, se celebraba una procesión hasta la Ermita situada en la carretera de Cabolafuente el día anterior a la fiesta, en la que se bajaba a la Virgen a la Iglesia, y el sábado se subía acompañada del grupo de Majorettes, Tambores y Cornetas de nuevo hasta su casa. Eran tiempos en los que la procesión congregaba centenares de personas, lejos del número que se reúne actualmente. Pero hará unos doce años, coincidiendo con una serie de días en los que la lluvia no dejaba celebrar la fiesta y se posponía una y otra vez, se decidió dejar permanentemente la talla en la Iglesia de Santa María debido al peligro de expolio que corría, al estar la ermita alejada de la población.


Mayoretes ariza


La Virgen es una talla de nogal policromada del s.XVII, concebida para estar en un retablo, por lo que la parte trasera tiene un tosco acabado, que se tapa con un manto. Según nos cuenta Consuelo Henar, que tiene recogida gran parte de la historia de la Virgen, la imagen fue vendida a mediados del s.XIX por el entonces párroco, según reza una coplilla:


El día de Pentecostés,

después de Misa Mayor,

el cura don Agapito

vendió a la Madre de Dios

por once cántaros de vino

para la consagración.


Este origen dio pie a que en otros pueblos se le conozca como “la Virgen borracha”, aunque en todo caso lo sería el cura, obviamente. La Virgen permaneció en la familia del comprador, hasta que en 1892, el entonces dueño de la talla Antonio Carrasco Menés, apodado “el Tilde”, la ofrece al pueblo a cambio de que se le construya una Ermita, cosa que se hizo en un terreno donado por D. Francisco Grande Gil. Al principio, la fiesta era el segundo día de la Pascua de Pentecostés (lunes), aunque más tarde se trasladaría al sábado.



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