ALMACENES DE CULTURA

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Silo de nuu00e9valos


La palabra de hoy la descubrí subida a un tren que lleva a Madrid y pasa por varios pueblos del Alto Jalón donde desde la estación se ve un edificio muy característico: estrecho, alto, con un par de pequeñas ventanas y una especie de torre en el centro. Al repetirse la imagen en mi trayecto en los sucesivos meses, un día pregunté cuando nos detuvimos en Santa María de Huerta y me dijeron que se trataba de un silo, que curiosamente también se escribe así en inglés y en alemán.


Aunque la idea de Fran Álvarez, el director de este periódico, podría ser una posibilidad y que Mazinger Z estuviera durmiendo ahí dentro como el robot gigante que aparece en el interior de un silo en la serie Paper Girls, la verdad es que estas peculiares construcciones se utilizaban para almacenar el grano.


El origen de estos edificios se encuentra en los años treinta, cuando se crea la Red Nacional de Silos para terminar con el «problema triguero» de entonces, pero no empiezan a construirse hasta mediados de los años cuarenta. Su auge fue en los sesenta y en los ochenta comenzó su decaimiento.


Hoy en día, muchos están abandonados, otros se han derribado y llegan noticias de que algunos se están reconvirtiendo, como el de Nuévalos, que, por lo que sé, fue una sala de arte en la que pudieron verse exposiciones y que ahora se convertirá en la oficina de Turismo Comarcal. ¡Qué magnífica idea la de transformarlos en almacenes de cultura y centros de difusión de nuestro patrimonio! ¿En qué te gustaría que se transformara el silo de tu pueblo?

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