La Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Aragón ha alertado sobre el efecto que las temperaturas extremas tienen en la salud de los aragoneses. De hecho, desde 2004, se cuenta con un plan de acciones preventivas y cada año se elabora un informe de vigilancia de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud en la Comunidad Autónoma.
El objetivo final es prevenir los efectos del calor en las personas vulnerables ya que, si bien toda la población puede sufrir trastornos de salud ante las elevadas temperaturas, hay grupos que presentan más riesgo y deben estar especialmente protegidos.
Entre estos colectivos, se encuentran las personas mayores de 65 años; los menores de 5 años y, sobre todo, los bebés; quienes llevan a cabo una actividad que requiere mucho esfuerzo físico; aquellos que sufren enfermedades previas, especialmente de corazón, hipertensión, problemas intestinales u obesidad; personas en riesgo de exclusión social o personas cuyas viviendas no están adaptadas para hacer frente al calor.
El ‘Plan de acciones preventivas contra los efectos de las temperaturas excesivas’ ha supuesto desarrollar actuaciones para prevenir los posibles efectos para la salud de las temperaturas extremas, como son el desarrollo de un Sistema de Información Ambiental y predicción de temperaturas; información a la población sobre los efectos del calor excesivo y sobre medidas de protección y prevención; vigilancia de la mortalidad; información a los profesionales y coordinación y alerta de servicios sociosanitarios.
Al inicio de la temporada 2023, se ha hecho un especial esfuerzo para llegar al máximo de ámbitos implicados desde los que se pueda proteger a la población vulnerable. Para eso, se ha contactado con la Dirección General de Asistencia Sanitaria; el Servicio Aragonés de Salud; la Dirección General de Transformación Digital, Innovación y Derechos de los Usuarios; el Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales; Dirección General de Cambio Climático y Educación Ambiental, Ayuntamientos de Zaragoza y Federación de Comarcas y Municipios; Bomberos y Protección Civil; Empresas, ONG y otros.
Este plan ha supuesto, entre otras cosas, que la lista de contactos a los que se les han comunicado la alerta para la salud por altas temperaturas ha aumentado hasta unas 800 direcciones de correo, y a su vez, en varios de ellos, se ha hecho redistribución.
MÁS ALLÁ DEL 15 DE SEPTIEMBRE
Aunque el periodo de vigilancia finaliza el 15 de septiembre, las temperaturas han continuado por encima de lo habitual el resto del mes de septiembre y el mes de octubre, hasta la fecha de elaboración de este informe. Dada esta evolución, la Dirección General de Salud Pública prevé ampliar el periodo de vigilancia y la difusión de la información en 2024.
Además, los expertos explican cómo las personas y los seres vivos, en general, tienen capacidad de adaptarse a los cambios y, que, en este caso, el problema no es tanto que suban las temperaturas, sino la velocidad a la que están subiendo, entre 0,4 o 0,5 grados por década.
Para favorecer esa aclimatación, se han de adoptar acciones externas como son, en el caso de la adaptación conductual: beber agua, ducharse con agua fría y no exponerse al sol, entre otras; en la adaptación técnica se han de aplicar acciones como el uso de ventiladores y aires acondicionados; mientras que para la adaptación política se han de implementar mejoras sanitarias en infraestructuras urbanas, como contar con más zonas verdes y azules con agua alrededor, para evitar el efecto de isla térmica, mejoras en el aislamiento de los edificios, establecimiento de refugios climáticos, ampliación y bajada de precio en las piscinas, entre otras medidas.
JALON
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