CELEBRAMOS LA NUEVA RURALIDAD EN EL DÍA DEL ORGULLO RURAL

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Joven rural


En medio de la vastedad de campos interminables, el susurro del viento entre las hojas de los árboles y la serenidad de los paisajes que pintan de verde la tierra, surge un día que va más allá de las fronteras geográficas... que nos lo digan en el Alto Jalón. El Día del Orgullo Rural, una celebración que no solo honra la vida en el campo, sino que también celebra la fuerza, la diversidad y la resiliencia de las comunidades rurales en todo el mundo.


En este día especial, las colinas y los valles cobran vida con el vibrante espíritu de las personas que han elegido la ruralidad como su hogar. Es un día para reconocer y aplaudir la dedicación incansable de quienes trabajan la tierra, cuidan del ganado y construyen sus vidas en armonía con la naturaleza. Pero más allá de la simplicidad aparente del entorno rural, de cada granja y de cada campo de cultivo, cada pueblo es un testimonio de la nueva realidad que define el corazón del ámbito rural. La celebración del Orgullo Rural no solo se trata de la conexión con la tierra, sino también de la conexión entre las personas, y para ello las nuevas tecnologías están jugando un papel fundamental. 


En un mundo cada vez más digitalizado, donde las ciudades brillan con luces artificiales, el campo ofrece un refugio donde la comunidad es más que un término, es un estilo de vida. Y no tenemos que apostar solamente por hacerlo dedicados a la agricultura y la ganadería, sino que hoy en día, hay ya innumerables ejemplos de vecinos y vecinas de nuestros pueblos, que dedican su horario laboral a profesiones antes reservadas a la urbe. Y no solo eso, sino que aquellos que desarrollan su actividad en sectores digamos, más tradicionales, han modernizado y digitalizado sus explotaciones y negocios, o están en ello. Vecinos y vecinas que antes compartían sus cosechas, comparten ahora también conocimientos y servicios nuevos con el mundo entero. Comercios y negocios que antes no se podían gestionar desde el pueblo por un difícil acceso al mercado global, pueden florecer ahora entre montes y huertos.


Y no solo eso, sino que también, empleos antes imposibles de ejercer desde el medio rural, son ahora factibles, y no es imperativo vivir en la ciudad para ser arquitecto, ingeniero o periodista. A todos esos profesionales, que pueden teletrabajar, y que quieren cambiar de vida y salir de la ciudad, hay que facilitarles vivienda de alquiler, accesible y en condiciones, para que digan eso de "voy a probar a ver...". Seguro que si prueban, se convierten en nuevos habitantes. Habitantes todos y todas de los pueblos, los de siempre y las nuevas, las que están 365 días y los que viven con nosotros a ratos o por tiempos, que nos apoyamos mutuamente en tiempos de necesidad y que construimos lazos que resisten las tormentas y los difíciles tiempos.


Es en la simplicidad de un atardecer sobre los campos de trigo, en el sonido de los animales pastando y en la risa de los niños jugando en los arroyos, donde se encuentra la esencia del Orgullo Rural. Pero también en la Atención Socio Sanitaria, y en la Asistencia Domiciliaria, y en la venta por Internet, y en el Arte y la Cultura, y en la Moda, y en la Comunicación, y en la Gastronomía... No es solo un día para reflexionar sobre las tradiciones que han perdurado a lo largo de generaciones, sino también para abrazar la innovación y la adaptabilidad que caracterizan ya hoy en día a las comunidades rurales.


La diversidad en el orgullo rural se han manifestado en las variadas formas de agricultura, en las artesanías locales que cuentan historias en cada puntada y en la riqueza de las tradiciones que se transmiten de padres a hijos. Ahora lo hace en la multiculturalidad y multirracialidad, en la diversidad de estilos y de actividad, el la libertad sexual, en la igualdad de género o en el empoderamiento de la mujer rural. Es un mosaico de culturas, donde cada aldea es un capítulo en la historia colectiva de la ruralidad.


No podemos dejar de mencionar la importancia de la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente en este día de celebración. Las comunidades rurales son guardianas de la tierra y el medio ambiente, y el Orgullo Rural es también un recordatorio de la responsabilidad de preservar y proteger el entorno que nos brinda sustento, no solo a los habitantes de los pueblos, sino también a todas las ciudades.


En el Día del Orgullo Rural, celebremos la resiliencia de aquellos que honramos la diversidad que florece en cada rincón y reconocemos el valor intrínseco de una vida arraigada en la naturaleza. Es un día para elevar las historias de las comunidades rurales, para tejer lazos más fuertes entre vecinos y para recordarnos a nosotros mismos que la auténtica riqueza, a menudo se encuentra en la simplicidad y la conexión con esta tierra a la que llamamos hogar.

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