SIGUIENDO EL RASTRO POR EL CAÑÓN DEL JALÓN

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Radio (1)


La semana pasada Pipo, Tina y yo estuvimos de ruta por el embalse de Monteagudo, fue un paseo súper chulo, porque vimos un montón de aves sin necesidad de salirnos del camino según íbamos paseando, y además al finalizar nuestro genial paseo nos encontramos con unos rastros muy interesantes que nos indicaban que uno de mis animales favoritos había pasado por allí.


¿Recordáis los rastros que nos encontramos? Había un gran desplumadero y los cañones de las plumas grandes estaban partidos, vimos también un excremento en lo alto de una roca que contenía semillas y pelo y unas huellas muy similares a las de un perro. 


Cuentos de gual cisne


Efectivamente eran los rastros de un zorrito, su nombre científico es Vulpes vulpes, algo más fácil de pronunciar y recordar que el de la semana pasada. ¿Conseguiste adivinarlo? ¡Seguro que si! a ver qué tal se te da el rastreo de esta semana.


Esta semana la verdad que no me apetecía mucho ir de ruta, el miércoles estuvimos en Monteagudo haciendo un taller de radio con los nenes y nenas del cole y debí coger algo de frío, pero como me cuesta un poco quedarme en casa... decidí abrigarme bien coger a mis peluditos y ponerme en marcha.


¿Dónde voy esta semana? La verdad que hay mil sitios brutales que visitar por aquí cerquita. 

Pipo y Tina como de costumbre me miraban con los ojos muy abiertos, mientras movían su rabito velozmente, y como diciendo, ¿Qué, te decides ya? ¿Dónde nos vas a llevar esta semana?, comenzaron a ladrar.


Les dije que se relajaran un poco, que tenía que pensar, y de repente se me encendió la bombilla. ¡Venga chicos, vamos para el coche, ya se donde os voy a llevar esta semana! No se lo pensaron dos veces y según les abrí la puerta se montaron de un salto en el maletero de la furgoneta esperando que nos pusiéramos en marcha.


Como tenía un poco de flojera por el resfriado, en esta salida decidí no llevarme peso y dejé los prismáticos en casa, lo que no me dejé es la bolsa para ir recogiendo la basura que me suelo encontrar por el camino y la guía de rastros.


Ahora si, ya lo tenía todo listo y me puse en marcha tomando camino hacia Arcos de Jalón. Concretamente a Somaén. En esta ocasión íbamos a disfrutar de un paseo por el Cañón del río Jalón. ¿Lo conoces? Es una auténtica pasada, si no has estado te recomiendo que lo visites, hay varias rutas para hacer y el pueblo es una auténtica maravilla, sus calles parecen de  cuento.


Por fin llegamos a nuestro destino, dejamos la furgo aparcada en Somaén y antes de empezar la ruta nos acercamos a la orilla del río para que Pipo y Tina bebiesen agua antes de liarnos a andar y...¡Anda, mira ese pajarillo! Va andando por la orilla del rio y va moviendo su larga cola hacia arriba y hacia abajo, es de color gris y blanca, con algún toque negro y no es muy grande.


Lavandera


Es una lavandera y ahora en invierno tenemos muchas por nuestros pueblos, seguro que las has visto más de una vez en el tuyo.


Con Pipo y Tina recién bebidos nos pusimos en marcha, íbamos a ir hasta El Salto del Cuerda, es una pequeña cascada cerca de la carretera con un pocita muy chula para ir a bañarse en verano y un senderito que lleva hasta la cueva de la Grajera, un lugar perfecto para escalar, de hecho hay una vía de escalada.


Empezamos a andar por el arcén de la carretera, nos sentíamos muy pequeñitos andando entre esas rocas tan imponentes, parecía que estuviésemos en el antiguo oeste con esos riscos tan grandes.


Según caminábamos, me fijé de que en ciertas rocas había como una especie de manchas blancas, como si alguien hubiese subido y las hubiese pintado, pero claro, eso era imposible estaba altísimo. ¿Qué podría ser?



Seguimos con nuestro paseo y de repente... ¿Lo oyes? 



Es un sonido que viene de lo alto de las rocas, lo emiten esas grandes aves que se están posando, el sonido parece una especie de rugido súper fuerte, parece un león...


Están llegando muchos y se están peleando por el sitio de descanso, no se si te has dado cuenta pero se están posando justo donde las manchas blancas que habíamos visto.

¡Vaya! y los prismáticos en casa... ¡Ahí están bien! 


Achiné un poco los ojos a ver si conseguía diferenciar algo y vi que eran muy grandes y eso que iban muy altos... y también me fijé en las puntas de las alas, se le veían las plumas separadas, como si fuesen dedos.


Cuentos de gual cisne (2)


Había algunos que todavía volavan más alto y lo hacían haciendo circulos. Esto lo hacen porque se meten dentro de las corrientes de aire caliente que sube hacia arriba para alcanzar más altura sin esforzarse batiendo las alas, puesto que se dejan llevar como si fuesen auténticas cometas. Estas corrientes se llaman corrientes térmicas y como os digo, les sirven a algunas aves, sobre todo las que tienen mucha envergadura, para coger altura sin gastar energía.


Al fin llegamos al Salto del Cuerda y desde allí se veía más cerquita a los que estaban posados en las grandes manchas blancas de la roca. Parecía que tuviesen un cuello muy largo, pero no sabía si era así o era mi vista que no alcanzaba bien.


Salto del cuerda



¿Os hacéis una idea de que ave puede ser? Está claro que viven en las rocas, son muy muy grandes probablemente con un largo cuello y parece que tienen dedos en las puntas de sus alas cuando están volando. Es fácil verlos volando en circulos y hacen un sonido bastante peculiar aunque puede que sea poco conocido. 





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