Fueron hechas en los talleres del ferrocarril de La Robla y Valmaseda para todos los maquinistas los cuales tenían que aportar el puchero de porcelana al taller. Estaban compuestas por una carcasa o forro de chapa de hojalata, de forma cilíndrica hermética y con un agujero en el fondo para expulsar el vapor de agua. En su interior se alojaba el puchero de uno, dos, tres y hasta cuatro litros de capacidad, el cual por medio de una tubería de cobre recibía el vapor de la locomotora.
Este se introducía en la cámara que hay entre la carcasa y el puchero y por medio de un grifo, disponible en la carcasa, se controlaba el vapor necesario para la cocción de la comida. Al tener cada maquinista designada una locomotora LA OLLA se guardaba en el arca de cada locomotora.
Los maquinistas y fogoneros que salían de mañana de Cisterna y Valmaseda con mercancías hasta Mataporquera conectaban LA OLLA para a medio día tener preparada la comida.
JALON
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