Vox ha anunciado su decisión de abandonar todos los gobiernos regionales en los que mantiene acuerdos con el Partido Popular (PP). La formación de extrema derecha hace efectivas sus amenazas y deja en el aire los ejecutivos en la Comunitat Valenciana, Extremadura, Murcia, Baleares, Aragón y Castilla y León. En las próximas horas, los vicepresidentes y consejeros de Vox dimitirán de sus cargos, y los grupos parlamentarios pasarán a la oposición.
Esta decisión se produce tras varias amenazas y duros ataques a Núñez Feijóo, líder del PP. Vox ha tomado esta determinación después de una reunión de su Comité Ejecutivo Nacional (CEN) en su sede de Madrid. "España padece un Gobierno corrupto, aliado a las peores dictaduras, gobernado por un corrupto y sometido a Marruecos. Ayer Feijóo traicionó a España y aceptó el reparto de menas ilegales. Es imposible pactar con quien quiere imponernos la invasión ilegal de menas," declaró Santiago Abascal, líder de Vox, tras el comité.
Horas antes, Abascal había acusado a Feijóo de "intentar desde el principio impedir los pactos regionales" con su formación tras las elecciones europeas "y no parar hasta conseguirlo". Sin embargo, la decisión final de Vox viene motivada por el acuerdo alcanzado este miércoles entre las comunidades autónomas para la reubicación voluntaria de menores no acompañados (MENAs), una línea roja para la ultraderecha.
Vox hizo historia al entrar en un gobierno autonómico por primera vez en Castilla y León, donde ostentaban la Vicepresidencia y tres consejerías. Posteriormente, se unieron los gobiernos de la Comunitat Valenciana, donde Vox tiene la Vicepresidencia, dos consejerías y la Presidencia de las Cortes; Murcia, con la Vicepresidencia y dos consejerías; Aragón, con una Vicepresidencia, dos consejerías y la Presidencia del Parlamento; y Extremadura, con una consejería. Cabe destacar que todas estas comunidades autónomas ya han aprobado los presupuestos para el próximo ejercicio.
Poco más de dos años ha durado el pacto de Gobierno entre el Partido Popular (PP) y Vox en Castilla y León, el primer gobierno regional en formarse con esta coalición en nuestro país. Exactamente dos años y cuatro meses después de su firma en marzo de 2022, Vox ha decidido romper el acuerdo debido a la acogida de 21 niños inmigrantes. Esta decisión despeja el camino al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, para continuar el mandato hasta su final previsto en febrero de 2026, con un posible adelanto técnico que podría llevar las elecciones al otoño de 2025.
La ruptura del pacto era ya esperada por el PP, y Fernández Mañueco tiene un plan diseñado para continuar gobernando sin necesidad de adelantar las elecciones. Con el presupuesto más alto de la historia de Castilla y León, Mañueco se enfrenta a la recta final de su mandato con mayor libertad.
Como consecuencia de la ruptura, Juan García Gallardo, hasta ahora vicepresidente de Castilla y León, dimitirá de su cargo, junto con los consejeros de Empleo, Mariano Veganzones, y de Agricultura, Gerardo Dueñas. Gonzalo Santonja, titular de Cultura, aún no ha definido su futuro y tiene previsto anunciar su decisión en un consejo de dirección de la Consejería convocado para este viernes. Ninguno de estos consejeros es procurador, por lo que desaparecerán de la vida política institucional en la Comunidad, a excepción de Juan García Gallardo, quien continuará en la política institucional. El presidente de las Cortes, Carlos Pollán, se convierte en la figura más relevante de Vox en la política institucional de Castilla y León, siendo la segunda autoridad de la Comunidad.
El presidente aragonés, Jorge Azcón, ha convocado una rueda de prensa para este viernes, en la que detallará el alcance de la reestructuración del Gobierno tras la ruptura de la coalición con Vox. Mar Vaquero, vicepresidenta económica y portavoz del Gobierno, confirmó ayer, antes de que se produjera la decisión final de Vox, que esta reestructuración incluirá una redistribución de competencias entre los consejeros del PP, aunque no especificó si esto implicará la eliminación de alguna de las consejerías previamente gestionadas por Vox.
Con la salida de Vox, el vicepresidente y consejero de Desarrollo Territorial, Despoblación y Justicia, Alejandro Nolasco y los consejeros de Empleo y Agricultura, Mariano Veganzones y Gerardo Dueñas, respectivamente, presentarán sus dimisiones. Mar Vaquero señaló ayer que el PP ya soportaba gran parte de la gestión del Ejecutivo y que, ante la deriva de los acontecimientos, Jorge Azcón había preparado un plan B para asegurar la continuidad del gobierno. La reestructuración será inmediata, y se centrará en una distribución de competencias dentro del gabinete del PP.
Especulaciones sugieren que Vaquero podría asumir la única vicepresidencia, eliminando la de Nolasco. Las competencias de Desarrollo Territorial, Despoblación y Justicia podrían redistribuirse: Desarrollo Territorial podría volver a Fomento, Despoblación sería asumida por Manuel Blasco junto con Medio Ambiente y Turismo, y Justicia podría retornar a Presidencia.
Vaquero descartó categóricamente un adelanto electoral y afirmó que el Ejecutivo de Jorge Azcón seguirá trabajando para cumplir sus compromisos con los aragoneses, con o sin los socios de Vox. Reiteró que el PP está cumpliendo con el pacto y no considera un escenario de adelanto electoral.+
El mensaje de estabilidad también fue destacado por Vaquero, quien comparó la situación actual con la del primer gabinete de Javier Lambán (2015-2019), que gobernaba con solo 20 de los 67 diputados. En contraste, el PP cuenta ahora con 28 diputados en solitario. Sin embargo, el PP tendrá que negociar y pactar con la oposición cada ley que pretenda llevar al Parlamento. Aunque mantiene a ocho altos cargos del PAR en el segundo nivel del Gobierno y puede contar con su único diputado, aún no suma la mayoría necesaria de 34 diputados para asegurar la gobernabilidad sin Vox.
La salida de Vox de estos gobiernos regionales plantea un escenario incierto para los ejecutivos autonómicos del PP, que deberán buscar nuevas alianzas o enfrentar la gobernabilidad en minoría. La decisión de Vox marca un punto de inflexión en la política regional española y refleja las profundas divisiones y tensiones dentro de la derecha.
JALON
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