TRÁNSITOS

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El Residente


Estaciones de paso

para viajeros sin pesos,

tiempos muertos.


Viajes sin equipajes,

avisos que anuncian

partidas y términos.


Cuerpos desmadejados

posturas que añoran el sueño,

pasos acelerados.


Chirridos y frenos,

vapor, aceite y hierro.

Miradas perdidas,

oídos que escuchan atentos.


Sonidos que se azuzan

con la inminente salida

despiertan a los dormidos.


Espíritus hundidos

rebuscando esperanza

en futuros encuentros,

otros recuerdan lo que dejan y,

saben que han perdido.


Como en la vida vivida, tránsitos,

paradas para empezar de nuevo,

sabiendo que, tras cada estación,

hay un nuevo y esperanzador comienzo,

lleno de incertidumbre y miedos.

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