Un año más, la Asociación El Roblazo de Utrilla ha demostrado que las tradiciones no solo se mantienen vivas, sino que pueden crecer con fuerza y entusiasmo. Este sábado, como ya es costumbre cada segundo fin de semana de abril, el municipio soriano celebró la décima edición de su fiesta anual, una jornada de convivencia, buena mesa y música popular.
La celebración congregó a un centenar de socios y vecinos en una comida de hermandad, eje central del encuentro. Pero este año, la cita contó con un aliciente muy especial: la participación del aula de dulzaina de Sigüenza, perteneciente a la Escuela de Folklore de Guadalajara. Con sus melodías tradicionales, los dulzaineros pusieron banda sonora a una jornada marcada por la alegría, el baile y el orgullo de pertenencia.
La Asociación El Roblazo, que también ha sido artífice en los últimos años de la recuperación del carnaval tradicional utrillano, no cesa en su empeño de dinamizar la vida del pueblo. Apenas concluida la fiesta anual, ya tiene en marcha su siguiente iniciativa: las III Jornadas de la Torrija y la Limonada, que se celebrarán el próximo sábado 19 de abril.
Esta original propuesta gastronómica y vecinal invita a recorrer las calles de Utrilla deteniéndose en cuatro puntos del pueblo donde los vecinos colocan mesas con torrijas, rosquillas, limonada y otras delicias caseras. Una ruta de sabores que culmina, como ya es costumbre, en el bar del pueblo, donde la sobremesa suele alargarse entre risas, anécdotas y brindis compartidos.
Con iniciativas como estas, El Roblazo sigue consolidándose como un motor cultural y social imprescindible para Utrilla, un ejemplo de cómo el asociacionismo rural puede mantener vivas las raíces mientras se siembra futuro.
JALON
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