LA RESIDENCIA SAGRADA FAMILIA-PEÑA RUBIA DE ARCOS SE LLENA DE ALEGRÍA CON SU PARTICULAR FERIA DE ABRIL

Ayer lunes, la Residencia Sagrada Familia – Peña Rubia de Arcos de Jalón vivió una jornada especial que convirtió sus pasillos en un rincón del sur. La celebración, organizada con cariño y creatividad por el equipo de trabajadoras, transformó el centro en una auténtica feria sevillana, repleta de color, música y buen humor.

Desde la semana pasada, el personal de la residencia, gestionada por Arcóbriga Stilo, se había volcado en la ambientación: mantones, flores, farolillos y trajes de lunares convirtieron los espacios en una pequeña Feria de Abril. Ayer por la mañana, llegó el momento de disfrutarlo. Hubo sevillanas, baile, muchas risas y sobre todo, una atmósfera de comunidad que se notaba en cada gesto y cada sonrisa.

Los residentes participaron activamente, algunos bailando, otros palmeando al ritmo de la música, y todos compartiendo un ambiente festivo que también sirvió para fomentar la actividad física de forma amena y accesible. 

La fiesta se celebró con total normalidad, justo antes del apagón que afectó a todo el país durante la jornada del lunes. En la residencia, sin embargo, apenas se notó el corte de luz, ya que el Ayuntamiento de Arcos de Jalón se adelantó a los problemas poniendo en marcha un grupo electrógeno que garantizó el suministro y permitió que la jornada se desarrollara sin sobresaltos.

Mientras que la mayor parte del Alto Jalón recuperó la luz ayer por la noche, en Arcos, al igual que en Medinaceli, no se ha restablecido completamente hasta las 7 de la mañana de hoy.

La Residencia Sagrada Familia – Peña Rubia, una de las pioneras en atención a mayores en Castilla y León, continúa demostrando su firme compromiso con el bienestar emocional de sus usuarios.

Actividades como esta, que combinan arte, tradición y convivencia, muestran cómo la vida en el centro se construye cada día con dedicación, empatía y alegría.

Este mes de abril ha sido un claro ejemplo de cómo la creatividad puede llenar de ilusión la rutina y cómo, con pequeños gestos, se puede lograr que cada día cuente y que cada residente se sienta parte de algo vivo y compartido.