Las obras de adaptación de la línea ferroviaria L-200 para su conversión en autopista ferroviaria continúan avanzando en los municipios del Alto Jalón, pero no lo hacen exentas de polémica. Durante las últimas semanas se han multiplicado las quejas vecinales por los ruidos, los horarios de trabajo y las afecciones al tráfico en localidades como Ariza, Arcos de Jalón y Alhama de Aragón, donde los vecinos denuncian que las actuaciones están vulnerando las normativas que regulan el descanso.
La última queja se ha registrado esta misma mañana en Ariza, donde varias personas han denunciado el fuerte ruido provocado por la colocación de chapas en el paso a nivel del núcleo urbano desde poco después de las 6:30 horas. Las máquinas comenzaron a trabajar con un volumen sonoro elevado antes del horario legal permitido —las 7:00 de la mañana según la normativa autonómica aragonesa, las 8:00 en el caso de Castilla y León -, lo que ha despertado a buena parte del vecindario. Además, las obras han provocado esta mañana en Ariza retenciones de tráfico a primera hora, obligando a algunos residentes a retrasarse en sus desplazamientos laborales.
Casos similares se han registrado en días anteriores en otros puntos de la comarca en unas obras que han generado ya otros muchos problemas entre los habitantes de la zona. En el poblado ferroviario de Torralba del Moral, la intervención dejó sin agua a las viviendas de la barriada ferroviaria. En Alhama de Aragón, una máquina retroexcavadora se precipitó sobre una vivienda mientras realizaba trabajos cerca de las vías. Y en Arcos de Jalón, el corte del tramo de la antigua N-II hacia Somaén ha obligado a desviar el tráfico por las inmediaciones de las piscinas municipales, complicando la comunicación con los barrios de Somaén, Jubera y Velilla de Medinaceli.
Estas incidencias se suman al impacto estructural que suponen los trabajos en la línea L-200, una intervención a gran escala que afecta a municipios de las provincias de Soria y Zaragoza. En el tramo soriano se actúa sobre seis túneles —tres en Arcos de Jalón, y uno en Torralba, Medinaceli y Jubera—, y seis pasos superiores —dos en Torralba, y uno en Medinaceli, Lodares, Montuenga y Arcos de Jalón (este último en la salida hacia Somaén)—. En algunos casos, como entre Jubera y Arcos, el trazado pasará de doble a vía única por la imposibilidad de ampliar el gálibo.
En la parte zaragozana, entre Santa María de Huerta y Ateca, se trabaja en siete túneles —dos en Alhama, dos en Bubierca y tres en Ateca—, y en pasos elevados de Monreal de Ariza y Ateca. Especialmente significativa será la intervención en el casco urbano de Ateca, donde se retirará la pasarela metálica existente, se adaptará un puente de mampostería con un rebaje de 50 centímetros, y se modificará la catenaria para permitir el paso de trenes de mayores dimensiones. También se construirá una vía de escape de altas prestaciones para evitar restricciones de velocidad.
Las estaciones de Arcos de Jalón, Torralba del Moral, Alhama de Aragón y Ateca también verán modificadas sus instalaciones, con ampliación de ramales para permitir apartaderos de hasta 750 metros, como el caso de Arcos de Jalón, apartaderos especialmente relevantes en los tramos donde se prevé vía única.
Desde los municipios afectados, los vecinos reclaman una mayor coordinación de las obras con los ayuntamientos, el cumplimiento estricto de los horarios de trabajo y medidas para reducir el impacto en la vida cotidiana. La transformación de la línea para adaptarse a los nuevos estándares logísticos del transporte ferroviario de mercancías está llamada a suponer un cambio estructural en el territorio, pero los ciudadanos exigen que ese cambio no se produzca a costa de su descanso, seguridad o movilidad.
JALON
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