"DA LA RISA CUANDO A LOS POLÍTICOS SE LES LLENA LA BOCA HABLANDO DE LA ESPAÑA VACIADA PARA RECOGER VOTOS"

Sergio y Lucía han tenido que volverse a Madrid por no disponer de Fibra Óptica en Yelo

La situación actual de pandemia ha hecho replantearse el modo de vida a muchas personas, que ven en el medio rural un entorno ideal donde huir de un día a día demasiado estresante y en el que las grandes distancias entre el lugar de trabajo y el domicilio hacen que la calidad de vida se vea mermada. Para aquellos que tienen familia en las zonas rurales o disponen de segundos domicilios en el pueblo, la situación se torna todavía más ventajosa a la hora de decidir vivir en el mundo rural. La predisposición actual de las empresas al teletrabajo se une a esta circunstancia para provocar un retorno a la España Despoblada, para lo que es indispensable disponer de una buena conexión a Internet de Banda Ancha.

La deficiencia de las conexiones en nuestra comarca provoca una brecha digital que magnifica todavía más la desigualdad territorial existente entre el ámbito rural y el urbano. La instalación de este servicio, que no resulta rentable para las compañías de telecomunicaciones por la baja densidad de población, se lleva a cabo en el ámbito rural mediante subvenciones que, de momento, no han conseguido dar cobertura a la mayoría de nuestras localidades. Es el caso de Yelo, en Tierras de Medinaceli, donde han perdido en poco tiempo a tres nuevos pobladores que han tenido que volver a Madrid debido a las dificultades de conexión.

Es el caso de Sergio Gandul y Lucía Chicharro, que después de pasar el invierno en Yelo, han tenido que volverse a Madrid porque "no hemos podido aguantar más", explica Sergio. Su trabajo de ingeniería de proyectos les exige videollamadas y, sobre todo, envío de archivos de gran peso. "No podíamos trabajar bien por culpa de no poder subir archivos pesados a Internet", comenta Sergio apenado porque, según detalla "las ventajas de la vida en el pueblo son todas". Sergio y Lucía no se rindieron a la primera e intentaron que les instalasen Fibra Óptica pero "hablamos con la compañía y no les resultaba rentable", nos explican. Y no son el único caso de retorno abortado a la vida rural. 

Jesús González durante la pasada borrasca Filomena en Yelo

Junto con ellos, Jesús González y su hermano han estado teletrabajando en Yelo. "Yo todavía he podido seguir aquí porque no trabajo con ficheros muy grandes, pero mi hermano tuvo que marcharse en verano porque es diseñador industrial y sí que ha tenido problemas", nos explica Jesús, que asegura que se quedará en Yelo "siempre y cuando mi empresa mantenga el teletrabajo después de la pandemia". 

Para todos ellos la vida en el pueblo es "un lujo" y aseguran que la clave para que esta sea una zona propicia a acoger gente para trabajar es la cómoda distancia a ciudades como Madrid o Zaragoza, que permite "ir a reuniones semanales casi como si viviéramos a las afueras de Madrid", según nos cuenta Sergio. Sobre todo valoran "el ahorro de tiempo y la calidad de vida", como dice Jesús. Piden a los políticos que "dejen de ver a la gente de los pueblos como solo gente de campo", añadiendo, en palabras de Sergio, que "da un poco de risa ver como se les llena la boca con la España Vaciada para recoger votos y luego no hacer nada", y señalando que "hay que hacer algo para solucionar esto ya que la economía del Alto Jalón permite pocas oportunidades fuera de algo de turismo y pequeñas industrializaciones que se están intentando".