VINOS DE GALICIA

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Vendimia


Me van a permitir que esta semana cambie ligeramente el ritmo del artículo. Como les comentaba en nuestra anterior cita, mi cariño por los vinos gallegos es profundo, así que hoy les hablaré genéricamente de la producción vinícola de esta comunidad autónoma.

Es una idea extendida, entre las personas que se adentran profundamente en este mundo, la evolución en el tipo de vino que se va consumiendo. La mayoría se inician bebiendo tintos, muchas veces en su versión más potente, esos evidentes en aromas, color y cuerpo. Posteriormente, con el entrenamiento sensorial, se busca lo no tan obvio, disfrutando más de lo sutil. Suele ser en estos momentos, cuando se descubren los vinos blancos, ya que cada vez somos más capaces de librarnos de los prejuicios y disfrutar de la copa que tenemos delante. Incluso también sucede con los espumosos, que se llevan la palma en cuanto a los sambenitos que soportan. No me adelanto, ya que trataré de ponerlos en valor en estas líneas.

Además de los meramente sensorial, esta evolución también tiene una lógica en lo relativo al alcohol y en la capacidad de armonizar con los alimentos. Cuando uno bebe vino habitualmente agradece que la carga alcohólica sea baja, para no tener que terminar la comida inexorablemente en la cama. También vinos tintos más sutiles, blancos y espumosos, nos permiten un mayor abanico de armonías con los alimentos. En mi caso, sucedió más o menos este proceso, por lo que acabar en la Galicia vinícola era cuestión de tiempo.

Hace ya muchos años, oír hablar de esta tierra en cuanto a sus vinos, era básicamente escuchar vino blanco, principalmente albariño y algo ribeiro. El primero era el de mayor calidad, y solía aparecer en tu mesa si te habías decidido a darte un homenaje a base de marisco; el segundo también, pero en una versión low cost. Intensas acideces, dolor de cabeza, prejuicios del vino blanco añadidos a prejuicios con la zona. También hay que decir, que la calidad ha subido exponencialmente y que vete a saber que nos llegaba en los 90 a nuestra zona y a qué precio lo pagábamos. Afortunadamente, el panorama actual es bien distinto.

Generalizando, Galicia es una zona atlántica. En un resumen rápido, es una de las más frescas de España, de las más parecidas a nuestros vecinos franceses. Sigo generalizando, menos grado alcohólico, acidez más alta que la norma del resto del país y una mejor adaptación al cambio climático. Es más, lugares en los que era difícil la correcta maduración de la uva, ahora debido al aumento de la temperatura y la bajada de la pluviometría, son idóneos. Estas características, confieren el caldo de cultivo perfecto para lograr uno de los mejores blancos de España, capaces de competir de tu a tu con cualquier vino blanco del mundo. ¿Hablamos de albariño? Si, por supuesto, una casta blanca con unas condiciones excepcionales para la calidad y  el envejecimiento. Olviden por favor, eso del blanco del año, qué si, puede tomarse y disfrutarse, pero traten de probar uno con años. ¿Pero solo albariño? No, en mi opinión, uno de los grandes aciertos de Galicia es su apuesta por las uvas autóctonas. Recuerden estos nombres, treixadura, godello, dona branca, torrontés, palomino... ¿Y los tintos? ¿En Galicia se hace vino tinto? Si, y de gran calidad. Creo que el aumento de la misma, ha sido mucho mayor, ya que han estado a la sombra de sus hermanos blancos y ha sido más reciente, la consciencia de su potencial, respaldados por la crítica especializada y por ese consumidor más avanzado. Mencía, sousón, merenzao, brancellao, espadeiro, caiño, ferrón.... entre otras.

Galicia tiene actualmente cinco denominaciones de origen, Rias Baixas, Ribeira Sacra, Monterrei, Ribeiro y Valdeorras, aunque recuerden que también hay vinos sin denominación o de la Tierra, tan buenos como cualquiera de los recogidos en el paraguas de la D.O.

Pero hablemos de nombre propios, de sabios, muchas veces de viticultura heroica. Apunten, Xurxo Alba, Rodrigo Méndez, José Luis Mateo, Miguel Anxo, Eulogio Pomares, Laura Lorenzo, Fernando Algueira... Y me dejo muchos.

Aunque por ahora no nos resulta sencillo encontrar muchas referencias gallegas por nuestra zona, les invito a usar internet y descubrir sus maravillas embotelladas. Por supuesto, quedo a su disposición a través de los comentarios del artículo para recomendarles vinos y lugares de compra. ¡Qué disfruten!

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