EL MONSTRUO VOLADOR-YUBA 1903

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Yuba, Soria (1 de 1) 8


Esta semana rendimos un pequeño homenaje, a una de esas localidades despobladas del Alto Jalón. Esos lugares que quedan en el recuerdo de sus gentes y que los mapas olvidan con facilidad. Descubrimos el lugar, con un viejo dicho popular, muy célebre por los pueblos de la cabecera de nuestro Jalón:


                                                                   “Lodares y Valladares,   

                                                                   las Llanas y Corvesín,                                                        

                                                                 hacen un concejo ruin,

                                                                   y al lado esta Yuba que

                                                                   para nada les ayuda”.


De los cinco lugares mencionados, parece ser que solo el primero está habitado, y el quinto, “el que para nada les ayuda”, es precisamente nuestro protagonista de hoy: Yuba.

Vicente García Cruz, vecino que fue del pueblo, le contaba a Faustino Calderón, estudioso de los pueblos abandonados que recogió sus experiencias en un blog del mismo nombre, que Yuba nunca conoció la luz eléctrica, que quedó abandonado hacia 1960-1961 y que unas doce casas componían el lugar.

Sigue Vicente contando que de Beltejar venía el médico “en casos extremos”. De Don Segundo el cura que venía de Medinaceli. El cartero, al que conocían como “el tío Celedonio”, repartía por los lugares del concejo ruin antes mencionados.


Ahora que conocemos algo más de Yuba gracias a Vicente, vamos a darle vida al lugar. Para ello viajamos en el tiempo y nos situamos en el 1 de octubre de 1903.

En 1896 se crea en Guadalajara un parque aerostático. Vamos, algo así como un aeropuerto para globos y dirigibles con carácter militar. Ya en 1884, el ejército se había percatado de la importancia de estos aparatos en misiones de observación y vigilancia. El citado 1 de octubre, a las 10.40, se eleva de dicho parque el globo Venus, tripulado por los tenientes del Valle y Fernández Mulero. En pocos minutos, el aparato sube hasta los 1400 metros. Un nublado les impide toda visibilidad y suben altura. Tras unas dos horas de vuelo, deciden buscar un lugar apropiado para el aterrizaje.

A la una y diez minutos, los aeronautas toman tierra en una zona abrupta. Los mapas les indican que se trata de Yuba, pueblo perteneciente a Blocona, en la provincia de Soria.

Aquel monstruo volador asusta a los vecinos según las crónicas. "Las mujeres corrían preocupadas al grito de ‘pobres ovejas’, y los hombres, aun después de desinflado el globo, contemplaban la escena a respetable distancia". Al ver los aeronautas, que los vecinos, horrorizados, no se acercaban, salieron a su encuentro y uno de los labradores, escopeta en ristre, apuntó al teniente del Valle.

Apaciguados los ánimos, y al ver que aquellos sujetos y el descomunal monstruo volador no representaban peligro alguno, los vecinos les demostraron su hospitalidad hasta el punto de que ayudaron a trasladar el globo y el material hasta la estación de Salinas, desde donde por ferrocarril partió el convoy de vuelta a Guadalajara.


El 18 de mayo de 1905 se inauguraba en Madrid, con la presencia de Alfonso XIII, el Real Aero Club de España. Pero los vecinos de Yuba, olvidados por el progreso y las autoridades competentes, ya habían visto volar uno de aquellos artilugios un año y medio antes. Al menos por una vez, la historia los ubicaba en el grupo de los pioneros y no en el de los olvidados.

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