ROSA ARROYO, SANTA Mª DE HUERTA: "MI HIJO NECESITA ATENCIÓN PERSONALIZADA CONSTANTE Y GRACIAS A LAS COLONIAS DE AMIBIL PUEDO CONCILIAR EN VERANO"

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Con la llegada del verano, muchas familias respiran hondo ante el reto de conciliar vida familiar y laboral. Pero para quienes tienen hijos con discapacidad intelectual o del desarrollo, este reto se multiplica. Las rutinas escolares desaparecen, las terapias se espacian y las opciones de ocio adaptado escasean, especialmente en el medio rural. Para dar respuesta a esta necesidad urgente, AMIBIL —la Asociación de Familias de Personas con Discapacidad Intelectual y del Desarrollo de Calatayud— vuelve a poner en marcha su Campus de Verano, una iniciativa imprescindible para familias que necesitan mucho más que una actividad de ocio: necesitan un respiro, confianza y continuidad para sus hijos e hijas.


Una experiencia inclusiva, especializada y humana

Del 23 de junio al 31 de julio, cinco jóvenes con grandes necesidades de apoyo participan en estas colonias bajo el lema “La vuelta al mundo”, acompañados cada día por un equipo de cuatro monitores especializados. Esta ratio, que puede parecer excepcional, es en realidad necesaria para ofrecer una atención segura y de calidad, ajustada a las realidades individuales de cada niño o niña. Aunque supone un esfuerzo económico notable para la entidad, AMIBIL logra hacerlo posible gracias a la financiación de programas de interés social procedentes del IRPF, así como a la implicación directa de las propias familias.


No se trata solo de entretener, sino de garantizar continuidad en las rutinas, en las terapias, en los vínculos personales y en la calidad de vida. La importancia de mantener una estructura diaria estable es fundamental para muchos de estos chicos y chicas, como bien explica Rosa Arroyo, madre de Rodrigo, un niño de 9 años con autismo no verbal que acude cada verano desde Santa María de Huerta a este campus en Calatayud:


“Mi hijo necesita rutina, previsibilidad. Si se rompe esa estructura, su ansiedad crece y se desregula. Las colonias de AMIBIL no solo lo mantienen activo y feliz, también nos dan un poco de respiro a las familias.”


Un oasis de recursos en el medio rural

El caso de Rosa es, además, testimonio de una realidad muy común en el entorno rural: la falta de servicios específicos y profesionales cerca de casa. Para que Rodrigo pueda recibir atención adecuada, su familia recorre más de 50 kilómetros desde su pueblo hasta Calatayud. Y aun así, Rosa lo tiene claro: “Con AMIBIL estoy tranquila. Rodrigo ya conoce a los monitores, ellos lo conocen a él. Eso lo es todo.”


Este tipo de proyectos son un pilar clave para luchar contra la despoblación, porque ofrecen servicios que muchas veces solo se encuentran en las grandes ciudades. Sin recursos como este campus, muchas familias no podrían permanecer en sus pueblos de origen. AMIBIL no solo atiende a personas con discapacidad, también sostiene el arraigo rural y el bienestar comunitario.


Conciliación que transforma vidas

En palabras de Rosa: “Aunque no trabaje fuera, la carga mental es muy dura. Tener este respiro es salud mental para mí y bienestar para mi hijo. Y además, se lo pasa genial, ¡sobre todo cuando hay piscina!”



Gracias a iniciativas como esta, las familias encuentran apoyo real, los niños y niñas disfrutan del verano con dignidad y diversión, y el entorno rural se convierte en un lugar posible para vivir, crecer y soñar, incluso en las situaciones más complejas.


Este verano, AMIBIL vuelve a demostrar que otro ocio es posible. Que la conciliación también tiene que ser inclusiva.


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