La Asociación La Noguera de Moros, con la participación de la Asociación Calasenda de Calatorao, han llevado a cabo un fin de semana de trabajo y puesta en valor del entorno natural de la localidad del valle del Manubles, la más castigada por el incendio del pasado verano en el Alto Jalón. Entre sábado y domingo, cerca de un centenar de personas han participado de una plantada de árboles y de un paseo por la zona calcinada de la mano de un Agente de Protección de la Naturaleza y un Bombero de la DPZ.
Desde que el pasado mes de julio el fuego calcinase cerca de 14.000 hectáreas en nuestra comarca, dejando entorno al 98% de la masa forestal de Moros devastada por las llamas, la Asociación La Noguera se puso manos a la obra para intentar recuperar cuanto antes todo lo perdido, organizando festivales, mercados y colectas para recaudar fondos, así como acciones en la naturaleza tanto de acción directa como de divulgación. Con esta la doble misión, este fin de semana Moros ha recibido a una buena cantidad de visitantes concienciados con el desastre del pasado verano que han puesto su granito de arena para devolver a Moros a la normalidad perdida.
El sábado tuvo lugar la acción de plantada de árboles, principalmente encinas, en la zona del barrio de San José de Moros. Vecinos, vecinas y asistentes de pueblos cercanos, acudieron a la cita ataviados con sus propias herramientas para llevar a cabo el plantado. Ya el domingo, el APN Roberto del Val y el bombero Juan González, guiaron un paseo por el entorno natural morisco, dando a conocer de primera mano a los asistentes la labor que realizan durante un incendio como el del pasado verano, así como las medidas de recuperación y de prevención que se llevan a cabo en el monte.
Durante el paseo, pudieron observarse los primeros brotes verdes primaverales en la zona quemada, que ofrecen una imagen esperanzadora y de alto contraste entre los árboles quemados y el manto de hierba, flores silvestres y otros brotes que están surgiendo dentro del ciclo natural de recuperación del monte, en el que se están realizando desde finales del año pasado diversas actuaciones por parte de Medio Natural para facilitar su regeneración.
Candela regresaba como cada viernes por la noche a su pueblo, Arcos de Jalón. Cada vez soportaba menos Madrid. Y eso que vivía en Ciempozuelos, pero pasaba demasiadas horas en la gran ciudad. (leer más)
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