LAS FASES DEL DUELO

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La semana pasada vimos que el duelo forma parte de la vida, por eso saber identificar las fases por las que vamos a transitar y tener herramientas suficientes para superarlas y avanzar, es la clave de este proceso. Lo más importante es aceptar de antemano, que es fundamental pasar de una fase a otra y no quedarnos atrapados en ninguna de ellas.


Vamos a analizar cada una de ellas y cómo avanzar:

1. Sorpresa y negación. Después de la sorpresa inicial de una pérdida, nuestra parte más racional empieza a comprender la situación, pero nuestras emociones necesitan más tiempo para comprenderlo. Por eso entramos en la Negación: Nos negamos a aceptar lo que ocurre porque es demasiado “fuerte, a nivel emocional, para ser cierto”, así aplazamos parte del dolor. Es entonces cuando nos planteamos un sinfín de preguntas y hacemos afirmaciones tipo: ¡No me lo puedo creer! ¿Cómo me puede pasar esto a mí? Por qué ahora? ¿Por qué a mí?, etc. 


l Para no quedarnos atrapados es esta fase lo mejor es parar tu actividad. Dedica un tiempo a  concéntrate en escuchar aquello que piensas y sientes. Sé sincero contigo mismo, ¿qué es lo que sientes en realidad? Dale tiempo y dedicación a tu parte emocional para que reaccione.


2. Ira. La consecuencia de la negación nos lleva a la ira, ya que nos sentimos amenazados por el Universo entero. Debemos entender que esta emoción es básica y necesaria para que identifiquemos aquello que debemos aceptar y reaccionemos en consecuencia. En esta fase buscamos responsables o culpables y aparece la frustración de algo irreversible, sin solución. La ira se convierte en una especie de desahogo.


l Para poder avanzar, no caigas en el victimismo o quedarás atrapado. Asume aquello que sientes. Sea lo que sea, acéptalo y piensa que es una oportunidad para superarlo, por mucho que duela.


3. Replanteamiento.  Empezamos a preguntarnos ¿Qué hubiera pasado si hubiese hecho esto o lo otro…? Nuestra mente entra en la fantasía de viajar en el tiempo al pasado y ver de qué forma se podría haber evitado.


l Efectivamente, es una fantasía. Vuelve a la realidad, el pasado ya pasó y lo único que podemos extraer es algún aprendizaje.


4. Tristeza y aceptación.  En esta fase la realidad se impone y ya no nos sirve pensar en el pasado, no nos queda más remedio que enfrentarnos al presente. Por eso tocamos fondo y llega el momento del vacío, de la frustración, de la tristeza… La tristeza aparece precisamente para salvarnos, para que aceptemos definitivamente la pérdida y aprendamos a vivir sin ella.


l Lo mejor para avanzar es centrarse en lo que pierdes y asumirlo, no queda más remedio. Fija tu atención y tu energía en lo que necesitas para poder aprender a vivir sin ello… Tranquilo, tenemos la alegría esperándonos para rescatarnos.


5. Alegría.  La tristeza nunca llega sola, siempre viene acompañada de la alegría. Son como las dos caras de una misma moneda. Si la tristeza es necesaria para a asumir la pérdida y aprender a vivir sin ella, la alegría nos ayudará a dar valor a lo que nos queda y motivación para seguir adelante.


l Mira a tu alrededor, dale valor a todo aquello que te importe, al amor y apoyo de las personas que te rodean. Toma conciencia de ello y cuídalo. Te ayudará en los momentos más tristes para ir avanzando.


Transitar por las fases del duelo es doloroso, pero necesario. Date tiempo… Este proceso suele durar un año, aproximadamente, cuando la pérdida es importante. Si ves que se alarga mucho más en el tiempo, tal vez necesites ayuda profesional. No te sientas mal por ello. No serás ni la primera ni la última persona que necesite ayuda.




Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

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