ESPECTÁCULO NATURAL EN EL EMBALSE DE MONTEAGUDO CON LA PARADA DE CIENTOS DE GRULLAS Y CIGÜEÑAS

En estos días, el entorno del embalse de Monteagudo de las Vicarías se convierte en un espectáculo natural fascinante, al servir de zona de descanso para grullas y cigüeñas que emprenden largos viajes. Las grullas, en su ruta hacia el norte de Europa en busca de climas más frescos para la primavera y el verano, se encuentran con las cigüeñas que llegan desde África, buscando también climas más templados para iniciar su temporada de cría en nuestro país.

El embalse rayano se erige como un lugar privilegiado para el avistamiento de aves y el turismo ornitológico. Sus alrededores están catalogados como ZEPA (Zona de Especial Protección para Aves), principalmente debido a la presencia de la Alondra Ricotí, una pequeña ave representativa de la avifauna ligada a las estepas de matorral bajo, como la zona circundante al embalse o los páramos de Layna. Esta especie se encuentra en el Libro Rojo de las Aves de España 2021 en la categoría de "En Peligro" y está catalogada como "Vulnerable" en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Durante todo el año, el embalse ofrece la oportunidad de avistar diversas especies de aves, algunas residentes y la mayoría migratorias, desde aves acuáticas hasta rapaces. Sin embargo, estos días son especialmente destacados para visitar este espacio natural, ya que las migraciones de grullas y cigüeñas transforman el entorno en un espectáculo único. Cientos de aves hacen una parada en su viaje, aprovechando para descansar y reponer fuerzas antes de continuar su trayecto.

El embalse de Monteagudo de las Vicarías se convierte así en un refugio vital para estas aves migratorias, ofreciendo un espectáculo impresionante para los amantes de la naturaleza y la observación de aves. Además, su importancia en la conservación de especies amenazadas como la Alondra Ricotí subraya la necesidad de proteger estos hábitats naturales para garantizar la supervivencia de la diversidad biológica.