JILGUEROS

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Un hide en monteagudo


Cuando hablo de Jilgueros me acuerdo de un amigo, Juan, en la urbanización La Cenia en San Juan Alicante donde pasaba los veranos. Tenía una gran variedad de ellos en su casa y su canto era increíble. Eran otros tiempos. Hoy si eres un poco observador los puedes ver en libertad. Su canto les delata. Vuelan con rapidez y potencia, en vuelos cortos. Cuando los vuelos son largos son como los de una montaña rusa. Un sube baja.


Destaca esa mascara que tiene en la cara que contrasta con la zona negra de los ojos. El amarillo de las alas le delata en los vuelos. Es un buen truco para identificarlos además de su canto, y su cola es ahorquillada de color negro.


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En época de cortejo, encuentras a los machos en la zona alta de los árboles, donde con su canto tiende a atraer a la hembra. La puesta suele ser de 4 o 5 huevos y su incubación la realizan durante 10 o 12 días.


Cuando ya han nacido los polluelos, la actividad de los padres es frenética, ya que debe tratar de conseguir el alimento para ellos y son bastante glotones. Primero son alimentadas inicialmente con insectos, para posteriormente pasar a las semillas.


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En el pantano de Monteagudo los he observado en la zona de los almendros. Allí los encuentras volando de un árbol a otro, comiéndose las yemas de las ramas, o bien en los cardos cuando estos ya han florecido. De su alimento favorito, de la semilla de cardo, proviene su nombre científico, cardeuelis cardeulis, de la palabra latina carduus, que significa cardo.




Son muy huidizos, por lo que la paciencia será necesaria si queremos disfrutar de ellos. Debemos quedarnos quietos y esperar a que vuelvan a su rutina, pues cuando escuchan algo raro salen volando.


Disfrutemos de ellos con la vista y el oído pero siempre en libertad

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