Ayer, sábado, el pelotón de la X Marcha Ciclista Reus-Alhama de Aragón llegó a la localidad termal del Alto Jalón. En una última etapa muy dura, en la que los ciclistas apretaron el ritmo para llegar a la hora prevista a Alhama de Aragón, el pelotón sufrió el fuerte ritmo, pero los corredores aguantaron hasta el final y llegaron a la Plaza de Joaquín Costa pasadas las 14 horas. Lo hicieron acompañados de un grupo de aficionados al ciclismo que salieron al camino del pelotón para hacer con ellos los últimos kilómetros de la décima edición de esta marcha que pone en el mapa del ciclismo nacional a nuestro territorio.
No en vano, durante la jornada de ayer, el mismísimo Miguel Induráin, pentacampeón del Tour de Francia, se conectó con el pelotón vía videollamada para felicitarles por el éxito. Y es que a Induráin le une una gran amistad con varios integrantes del pelotón de la Reus-Alhama de Aragón. En concreto August Pascual, director del equipo Kosner-Saltoki que se proclamó campeón de la última Titan Desert con Induráin en sus filas, ha participado en esta X Reus-Alhama junto con varios miembros del equipo.
Un sueño, el de ver llegar a Induráin a Alhama de Aragón con el pelotón, que ya estuvo a punto de cumplirse este año, aunque un compromiso profesional impidió su participación en el último momento. "Un año de estos estaré en Alhama de Aragón con vosotros", aseguró Induráin en la videollamada abriendo la puerta a una futura llegada del pelotón a la localidad termal del Alto Jalón con Miguel Induráin y Ángel Vicioso en sus filas. "Cumpliríamos un sueño", señaló José María Aragonés.
Un reto el de esta Marcha Ciclista que comenzó por el empeño del propio José María Aragonés, alhameño residente en Reus, haciendo un "año cero" hace más de una década junto a su compañero Jaume Canela, integrante también del actual pelotón de la Reus-Alhama de Aragón, que diez ediciones después, reúne a un grupo de medio centenar de intrépidos amantes del ciclismo. "No me olvidaré de la caída que tuve en La Almunia en aquel año cero... vaya chichón me salió en la cabeza, pero aquí estamos, en la décima edición", recuerda ya con una gran sonrisa Jaume Canela, brindando en la Plaza de Joaquín Costa de Alhama de Aragón con cava de Calatayud - cortesía de uno de los vecinos de Alhama de Aragón, Sergio Moros - , tras terminar esta décima edición junto a José María Aragonés, el único junto a otros tres ciclistas más, en llevar el maillot blanco que les acredita como finishers de las diez ediciones. "Estamos los del maillot blanco, los del rosa, que llevan al menos cinco, los del verde, que son los que llevan menos de cinco, y el amarillo para el más veterano", explica Aragonés.
Los tres maillots blancos son Vicens Giménez, Juan Carlos Castro y Cándido Triguero. Un apellido este último, Triguero, muy presente en la Reus-Alhama de Aragón, demostrando que este reto es mucho más que deporte. "Es familia, es amistad, es grupo... conmigo vienen también mi hermano y mi sobrino", señala Triguero bromeando con una frase de José María Aragonés: "José María siempre lo dice, esto es 70-30. Un 30% de ciclismo y un 70% de almuerzos, comidas y amistad", asegura entre risas en mitad de una comida que se celebró ayer en el Bar Laurel de Alhama de Aragón.
Un Bar Laurel que reunió a todo el pelotón para comer, acompañados por varios aficionados al ciclismo y amigos, y también junto a la corporación municipal alhameña. Durante la comida se pudo ver que la Reus-Alhama de Aragón es mucho más que ciclismo. Es una prueba de resistencia y valentía que no entiende de sexos ni de edades. No en vano, el pelotón cuenta con un gran número de integrantes por encima de los 60 años, e incluso tiene a un corredor, Manuel Contreras, el maillot amarillo, que a sus 79 años, ha completado 230 kilómetros de esta X edición, siendo el ciclista de mayor edad en participar de esta aventura. "Es una parte fundamental del pelotón. Está pendiente de todos los detalles", explica Trigero.
Precisamente esta amistad y comunión entre el pelotón estuvo muy presente en el grupo durante una jornada de ayer que, aunque era de celebración, no resultó una explosión festiva como en otros años debido a la muerte del padre de uno de los ciclistas, Juan Andrés García, y suegro del Jefe del equipo de Apoyo, Juan Antonio Ciudad. "Hemos recibido la noticia al llegar a Alhama y ha sido un mazazo que nos ha dejado fatal", señalaban los ciclistas mientras Manuel Contreras se encargaba de enviar una corona de flores en nombre del pelotón. Incluso cancelaron algunos de los momentos típicos de su celebración anual en señal de condolencia, y este lunes estarán en el funeral acompañando a su compañero de pedales y amigo, que marchó directo a Reus en uno de los coches de apoyo de la marcha nada más llegar a Alhama de Aragón.
Así y todo, el sábado fue de reconocimientos en Alhama de Aragón. El pelotón fue recibido por la corporación municipal casi al completo, con Pilar Marco, alcaldesa, a la cabeza. Además de los actos a la llegada, en la Plaza de Joaquín Costa, el pelotón subió al Ayuntamiento, donde José María Aragonés firmó en el libro de honor de Alhama de Aragón, y se repartieron regalos y reconocimientos. Muchos de ellos para Ángel Marco, alhameño aficionado al ciclismo y colaborador de la Reus-Alhama de Aragón, que recibió numerosos detalles para su museo personal. Por su parte, los ciclistas se llevaron de vuelta a sus casas chocolates y recuerdos de nuestro territorio.
La X Marcha Ciclista Reus-Alhama de Aragón se despidió de la localidad termal, partiendo para hacer unos últimos 30 kilómetros hasta Calatayud, donde celebraron la tradicional cena de final de carrera. "Nos encantará el año que viene poder hacerlo todo en Alhama", ha señalado Aragonés. Hoy, domingo, todavía les queda otra cena en comunidad más, esta vez con todas sus familias, para poner punto y final a una gran décima edición, y empezar ya a pensar en el reto del año que viene.
JALON
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