La última superluna del año, conocida como la Luna del Castor, ha brindado un espectáculo inolvidable en los cielos del Alto Jalón durante las noches del 14 y el 15, del cual aun podremos disfrutar esta noche. Este fenómeno, en el que la luna llena aparece más grande y brillante debido a su cercanía a la Tierra, ha cautivado tanto a vecinos como a amantes de la astronomía.
El nombre de esta luna proviene de las tribus nativas norteamericanas, que la asociaban con la intensa actividad de los castores durante esta época del año. Estas criaturas de hábitos más bien nocturnos, en pleno apogeo de preparación para la hibernación, eran más visibles bajo la luz intensa de la superluna, facilitando su caza. Para las tribus, estos animales no solo representaban alimento, sino también abrigo, ya que sus pieles eran esenciales para afrontar los rigores del invierno.
Hoy en día, aunque ya no cazamos a la luz de la luna, seguimos sintiendo la misma fascinación que aquellos antiguos cazadores. Desde Monteagudo de las Vicarías, con sus cielos limpios de contaminación lumínica, se han captado imágenes impresionantes de esta superluna, que destacaba con un brillo casi mágico sobre el horizonte.
También ha dejado bonitas estampas durante esta mañana, al asomarse por encima del tejado del Palacio Ducal de Medinaceli, mientras dejaba paso a que el astro Sol comenzase a salir y brillar en esta mañana de otoño.
No es difícil imaginar que esta misma admiración la compartían los pueblos celtibéricos que habitaron el Alto Jalón hace siglos. Para ellos, la luna no solo era un referente espiritual y religioso, sino también un recurso económico y práctico. Los ciclos lunares marcaban momentos clave para la siembra, la cosecha y el celo de los animales domésticos. Incluso se cree que, en el Neolítico, ya se medían los ciclos lunares para organizar la vida cotidiana.
La observación de los movimientos de la luna ha quedado reflejada en los santuarios y estructuras de estos pueblos, que funcionaban como verdaderos observatorios astronómicos. Su conocimiento les permitía calcular con precisión los momentos ideales para sus actividades económicas y agrícolas, destacando la íntima conexión entre el satélite nocturno y la vida diaria.
Esta última superluna del año nos invita a mirar al cielo y reflexionar sobre el papel que ha jugado la luna a lo largo de la historia, desde las creencias ancestrales hasta los avances tecnológicos que nos han llevado a pisar su superficie. Aunque el misterio y la magia de la luna sigan siendo fuente de inspiración, lo que permanece inalterable es nuestra necesidad de alzar la vista y dejarnos fascinar por su belleza eterna
JALON
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