Torrijo de la Cañada vivió este sábado, 25 de enero, una jornada cargada de tradición, sabor y alegría con la celebración de su tradicional matanza, un evento que año tras año reúne a vecinos y visitantes con el propósito de mantener vivas las costumbres locales. En un ambiente festivo y con un espléndido sol como compañero, la comunidad se unió para revivir la esencia de esta tradición.
La reconocida Carnicería González Romero de Ariza, especialistas en matanzas, proporcionó la carne ya preparada y condimentada para que los asistentes pudieran elaborar chorizos y longanizas. Vecinos y vecinas, con gran entusiasmo, participaron en la elaboración de los embutidos, que posteriormente fueron organizados en lotes individuales junto con las deliciosas morcillas de Carmelín de Ateca, un auténtico emblema gastronómico de la zona.
La jornada gastronómica continuó con la degustación de unas suculentas migas que sirvieron de antesala a la comida principal: un exquisito rancho preparado por Paellas Joma de Alhama de Aragón, al que acudieron cerca de 200 personas. La comida, celebrada en un ambiente de hermandad, estuvo acompañada por una animada sobremesa con la tradicional subasta de lotes de matanza, un entretenido bingo.
El gran triunfador de la jornada fue, una vez más, Carmelín, el artista de Ateca que logró conquistar al público con su amplio repertorio musical. Desde la tarde hasta casi la entrada de la noche, su actuación hizo vibrar a todos los presentes, desde los más pequeños hasta los más mayores, quienes no dudaron en unirse en el canto y el baile, consolidando la música como un elemento imprescindible en la celebración de la matanza.
Además, las mujeres de Torrijo de la Cañada, y también alguno de los hombres, se han unido este año a su club de fans y acudieron al tardeo con sus camisetas. El cantante atecano las subió al escenario en uno de los momentos más divertidos de la tarde.
Con la satisfacción de haber disfrutado de un día perfecto, la jornada concluyó con el sentimiento compartido de orgullo por mantener vivas las tradiciones locales, demostrando que la matanza de Torrijo de la Cañada es mucho más que una celebración gastronómica: es un símbolo de unión y arraigo que sigue congregando a generaciones enteras.
@Fotografías: Vanessa Pérez e Irene Marqueta
JALON
NOTICIAS.ES
Comentarios