El mundo rural no es solo un refugio de tradiciones, sino también un espacio de innovación y emprendimiento. Un claro ejemplo de ello es Nuria Lezcano, ingeniera y fundadora de Academia Nuria, quien lleva once años apostando por la educación y la formación en Cetina y otros municipios del Alto Jalón. Su trayectoria es un testimonio de cómo la pasión por enseñar y el deseo de arraigar en el pueblo pueden dar lugar a proyectos sostenibles y de gran impacto social.
"Siempre he vivido en Cetina y quería trabajar aquí. Me gustaba la docencia y decidí probar con mi propia academia. Así empezó todo", ha comentado Nuria en los micrófonos de Alto Jalón Radio. Desde sus inicios, su academia ha crecido y diversificado su oferta, desde clases particulares hasta talleres de memoria para mayores, pasando por formaciones tecnológicas que despiertan vocaciones en los más pequeños.
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Una de sus iniciativas es el taller de robótica con LEGO, que tendrá lugar en Cetina este Jueves Santo. "Trabajamos con LEGO porque permite que los niños no solo construyan, sino que programen y den movimiento a sus creaciones. Desde los 3 hasta los 14 años, cada uno trabaja según su nivel, explorando sin miedo a equivocarse", ha explicado Nuria.
Este taller no es solo una actividad lúdica, sino una apuesta por el futuro. "La programación y la robótica son fundamentales en el mercado laboral actual. Queremos despertar la curiosidad de los niños y que descubran el placer de crear e innovar", ha añadido.
El caso de Nuria es un reflejo del auge del emprendimiento joven en Cetina, donde otros emprendedores, como Samuel Cortés con El Granero o Noelia Germán con su gabinete de fisioterapia, han encontrado su camino. "Algo tiene el agua de Cetina", ha bromeado Nuria, refiriéndose al dinamismo empresarial del municipio.
Sin embargo, reconoce que no todo es fácil. "Cada vez hay menos niños en los pueblos y eso se nota. Hay que reinventarse constantemente", ha admitido. Para ella, el apoyo de la administración local ha sido clave: "El Ayuntamiento de Cetina siempre nos pregunta si tenemos algo para proponer. No se trata solo de que ellos apoyen, sino de que todos sumemos ideas y trabajemos en equipo".
A pesar de las dificultades, Nuria no cambiaría su vida en el pueblo por un trabajo estable en la ciudad. "Me lo han ofrecido, pero yo elegí vivir aquí", ha dicho con convicción. Su historia es la de una emprendedora que, lejos de conformarse, sigue buscando nuevas formas de crecer y aportar valor a su comunidad.
El taller de robótica con LEGO es solo un ejemplo de cómo la innovación y el mundo rural pueden ir de la mano. Y con personas como Nuria al frente, el Alto Jalón sigue demostrando que el futuro también se construye desde los pequeños pueblos
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