El Centro Integrado de Formación Profesional Pico Frentes de Soria y la Residencia de Personas Mayores Los Royales han desarrollado el proyecto El valor de la experiencia, una iniciativa de Aprendizaje-Servicio que ha conectado a jóvenes de entre 15 y 17 años con personas mayores a través de actividades conjuntas, creatividad, diálogo y afecto. Una experiencia transformadora que ha evidenciado cómo la educación, cuando sale del aula, puede generar un profundo impacto humano.
Veinte estudiantes de 2º curso de Formación Profesional Básica de las especialidades de Automoción, Madera y Mueble y Electricidad participaron en esta propuesta pedagógica que, como explicó la directora del centro, Natalia Ceña, en Pasajeros al Tren, tiene como finalidad “que los alumnos aprendan, pero que también se sientan útiles y que su aprendizaje pueda repercutir en mejorar la sociedad y el entorno en el que viven”.
El proyecto, que arrancó con la lectura del libro Dominga habla sola, de Elisabeth Justicia, abordó temas como la soledad no deseada, el respeto o la memoria, y culminó con una serie de encuentros entre alumnos y residentes. Los estudiantes prepararon entrevistas, juegos y manualidades que compartieron en tres visitas a la residencia. Además, diseñaron y fabricaron llaveros personalizados con impresoras 3D que regalaron a sus “abuelos y abuelas apadrinados” en un acto simbólico de reconocimiento y afecto.
Uno de los momentos más especiales se vivió cuando fueron los mayores quienes visitaron el centro educativo. “Vinieron con sus sillas de ruedas, sus muletas, y los alumnos les enseñaron con orgullo sus talleres, su formación, cómo aprenden… Fue fantástico”, relató Ceña. “Los mayores se sorprendían de cómo habían cambiado sus antiguos oficios con las nuEvas tecnologías, pero también reconocían que la esencia seguía siendo la misma”.
La directora del CIFP Pico Frentes destacó la evolución del alumnado a lo largo del proyecto. “Nos han sorprendido muchísimo. Han demostrado más responsabilidad que en el aula, han sido pacientes, empáticos, han acompañado con cariño a los mayores. Y lo más importante: se han sentido útiles”, subrayó. “Han entendido que lo que estudian sirve, no para un futuro incierto, sino para aplicarlo ya, para impactar ya, y eso es una lección que no se olvida”.
Ceña explicó que este tipo de metodologías —como el aprendizaje basado en retos o el Aprendizaje-Servicio— se han convertido en eje central de la formación que ofrecen. “Aplicamos contenidos en situaciones reales. Por ejemplo, para crear los llaveros trabajaron geometría, impresión 3D, diseño asistido… pero desde una motivación concreta, con un destinatario real. Así, el conocimiento se afianza y se valora mucho más”, explicó.
El proyecto ha tenido un fuerte eco social, tanto en la residencia como en las familias. “Nos lo han dicho por la calle: padres y madres de residentes nos han agradecido la experiencia. Para los mayores ha sido revitalizante y para los jóvenes, una lección de vida”, señaló.
Desde el centro ya preparan una nueva visita para el próximo 8 de mayo, y su intención es consolidar esta iniciativa como parte estable del currículo. “Queremos que este tipo de proyectos formen parte de los contenidos. Esta es la formación de calidad que genera impacto, que educa en lo técnico, pero también en lo humano”.
Ceña también recordó que estas experiencias no solo enriquecen al alumnado, sino que desarrollan las competencias blandas que hoy más demandan las empresas. “Cuando un empresario nos llama para pedir alumnos en prácticas, nos dice: mándame un chico o una chica maja. Eso significa actitud, capacidad de comunicación, de resolución de problemas, de trabajar en equipo… Y eso también se entrena”, afirmó.
La directora cerró su intervención con un mensaje claro: “El futuro de Soria pasa por la Formación Profesional. Formamos trabajadores que se quedan aquí, que fijan población, que construyen comunidad. Y las puertas del Pico Frentes están abiertas, de ocho de la mañana a diez de la noche, como las discotecas pero al revés”, bromeó. “Cualquiera que quiera conocernos, colaborar o proponer algo, será bienvenido”.
El valor de la experiencia ha sido mucho más que un proyecto escolar: ha sido un puente entre generaciones, un espacio de diálogo y ternura, una prueba de que cuando la educación conecta con la vida, deja una huella imborrable.
Escucha aquí la entrevista completa a Natalia Ceña
JALON
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