Fotografía de archivo: El concejal 'rebelde' José Colás (izquierda) con el alcalde de Monterde
El pleno municipal celebrado este jueves 24 de julio en Monterde volvió a evidenciar el clima de confrontación que sacude la política local de esta localidad zaragozana del Alto Jalón. Más allá de los puntos habituales del orden del día, la sesión estuvo marcada por los reiterados enfrentamientos entre el alcalde, José Gracia (PP), y su propio compañero de filas, el concejal José Colás, quien en ausencia del edil del PSOE, Jorge Colás fue quien ejerció ayer el papel de fiscalizar las acciones emprendidas por Gracia al frente del consistorio monterdino.
En un pleno de una media hora de duración, el alcalde despachó las 27 preguntas introducidas en el orden del día del Pleno y dio por finalizada la sesión sin respetar el turno de ruegos y preguntas. Lo hizo así para no escuchar las cuestiones de su compañero de partido, José Colás, quien ya evidenció en plenos anteriores una grieta en el equipo de gobierno de Gracia, que ayer se hizo todavía más palpable. El alcalde terminó por levantar la sesión entre gritos para no dejar hablar a su compañero de filas, con Colás conversando con el público presente - muchos de ellos afectados por las inmatriculaciones - quienes invitaban al concejal a "contar lo que sabes en los juzgados".
Choques internos en el equipo de gobierno
El Pleno comenzó, por el orden del día, con la aprobación del acta anterior y los decretos de alcaldía. Ya desde el inicio, la intervención de José Colás en torno a estos decretos, varios de licencias de obra, encendió las tensiones. El concejal cuestionó una licencia concedida a una finca que, según sus palabras, “no existe”, así como otra concedida en terrenos rústicos de La Calderera, lo que le llevó a advertir sobre los problemas derivados de las inmatriculaciones. El alcalde, visiblemente molesto, interrumpió a su compañero y le negó la palabra en varias ocasiones. “Para eso está la Secretaría, si tiene dudas”, zanjó Gracia, evitando dar más explicaciones.
Al abordar la aprobación de las cuentas generales de 2024, Colás mostró nuevamente su disconformidad, calificando de "farragoso" el estado de las cuentas municipales. Ante esta observación, Gracia respondió con contundencia y en tono autoritario: "Usted no es portavoz de ningún grupo político, ni del PP, y a partir de ahora solo hablará cuando se le conceda la palabra", aumentando la crispación.
27 preguntas y una sesión levantada en seco
Concluidos los asuntos administrativos, el alcalde procedió a responder la batería de 27 preguntas registradas por el PSOE. Aunque el socialista Jorge Colás no pudo asistir al pleno, su listado de cuestiones fue leído por José Gracia con tono airado y rodeado de vaguedades. A muchas de ellas respondió con fórmulas genéricas como “este ayuntamiento ha procedido conforme a derecho” o “se informará cuando se disponga de datos actualizados”, esquivando el detalle completo sobre temas clave como los costes judiciales asumidos por el Ayuntamiento, de los que dio alguna cifra suelta, o sobre el número exacto de pleitos abiertos.
Sobre la relación con Alfonso Martínez, el ingeniero mencionado en el caso Koldo y en la documentación de las inmatriculaciones, el alcalde reiteró, tal y como hiciera ya en el pleno anterior, que no existe contratación alguna con dicho profesional, aunque no se refirió a su aparición en los documentos registrados en el Catastro y el Registro de la Propiedad por el abogado municipal, según denuncian los vecinos afectados.
Del control democrático al veto en el pleno
Tras más de veinte minutos de lectura apresurada, Gracia levantó abruptamente la sesión sin permitir el habitual turno de ruegos y preguntas. José Colás intentó intervenir para formular preguntas pendientes y abordar unas declaraciones del alcalde a El Heraldo de Aragón en las que le acusaba de tener "intereses particulares" en el Ayuntamiento. Gracia le interrumpió tajante: "Usted se calla que no tiene el uso de la palabra, y si no le expulso del pleno".
Esta negativa provocó la reacción airada del público asistente, que pidió escuchar a Colás. Los vecinos presentes, muchos afectados por las polémicas inmatriculaciones, llegaron a aconsejar a Colás acudir al juzgado: "Aquí no te dejan hablar, vete al juzgado y cuenta todo lo que sabes", espetó uno de los asistentes.
Ante las interpelaciones del público, Colás aclaró públicamente su posición, explicando que las propiedades que ha adquirido fueron anunciadas en el tablón de anuncios municipal. "No he visto las propiedades del alcalde en los tablones", espetó enfadado añadiendo que su enfrentamiento con Gracia se debía a haberle negado el voto "para que hiciera lo que quisiera": "Le negué mi voto para que hiciera lo que le diera la gana y por eso ahora me ha apartado", aseguró Colás.
La sesión concluyó abruptamente entre acusaciones cruzadas y sin dar espacio formal para el debate democrático habitual en los plenos municipales, reflejando una crisis política en Monterde que parece lejos de resolverse.
Un concejal rebelde y una ciudadanía indignada
La ausencia del concejal socialista no evitó que las preguntas de su grupo sacaran a relucir los principales escándalos que afectan al municipio: las inmatriculaciones masivas, las causas judiciales abiertas —al menos cinco actualmente en curso incluida una investigación por presunto fraude electoral—, el retraso en servicios básicos como el agua potable en La Calderera o la regularización urbanística en Llumes. Tampoco faltaron críticas a la falta de transparencia, el bloqueo institucional o las declaraciones del alcalde en medios de comunicación contra su propio equipo.
Con un gobierno cuestionado, un edil del PP enfrentado al alcalde, y una ciudadanía cada vez más movilizada, el pleno de Monterde confirma el deterioro institucional del consistorio. La crispación aumenta y los vecinos ya no solo piden explicaciones, sino también soluciones. El próximo capítulo, previsiblemente, se jugará en los juzgados.
JALON
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