LOS ARAGONESES, ENTRE LOS TRABAJADORES QUE MÁS RÁPIDO DESCONECTAN DEL TRABAJO AL COMENZAR LAS VACACIONES

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Vacaciones


Más de la mitad de los profesionales de Aragón afirma que logra desconectar mentalmente del trabajo nada más empezar sus vacaciones. Así lo revela un estudio de la empresa de recursos humanos Randstad, que sitúa a esta comunidad entre las tres regiones con mayor capacidad de desconexión inmediata, por detrás de Navarra (56%) y Cantabria (54,1%).


Concretamente, el 52,6% de los trabajadores aragoneses consigue “apagar el chip” laboral desde el primer día de vacaciones, superando la media nacional del 46,9%. Sin embargo, un 28,9% necesita hasta una semana para lograrlo, un 15,3% entre una y dos semanas, y un 3,2% reconoce que le cuesta más de dos semanas abandonar las preocupaciones del trabajo.


Casi ocho de cada diez recibe mensajes fuera de su horario

A pesar de estos datos positivos, la desconexión digital sigue siendo una asignatura pendiente. Solo el 21,1% de los profesionales en Aragón asegura no recibir nunca comunicaciones laborales fuera del horario laboral. Es decir, casi ocho de cada diez trabajadores siguen siendo contactados por su empresa una vez finalizada su jornada, lo que pone en entredicho el cumplimiento del derecho a la desconexión regulado por ley.


No obstante, Aragón se sitúa por debajo de la media nacional en interrupciones frecuentes: solo el 3,7% de los encuestados recibe mensajes de forma habitual y ninguno de forma constante, frente al 12,4% y 4,3% respectivamente del conjunto del país.


La desconexión varía según el sector

El estudio también revela grandes diferencias por sectores. La industria y la tecnología encabezan el ranking de mayor capacidad de desconexión: un 52,5% y un 50,8% de sus profesionales, respectivamente, desconectan desde el primer día. En cambio, sectores como la sanidad (37,3%), la educación (40,4%) o el transporte y la logística (con un 31,6% que necesita más de una semana) presentan mayores dificultades.


El reto de la desconexión mental

Más allá de las vacaciones, la desconexión mental tras la jornada laboral sigue siendo limitada. Solo el 26,9% de los encuestados afirma lograrlo con éxito. Esta falta de descanso sostenido favorece el agotamiento emocional y la fatiga acumulada, con posibles consecuencias en la salud mental a largo plazo.


Randstad recuerda que garantizar la desconexión laboral no es solo un derecho legal, sino también una necesidad para preservar el bienestar y la productividad de los trabajadores.

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