JULI, EL DEL BAR
Juli era el dueño del bar de la plaza del pueblo. Siempre le había hecho rabiar al Tardío. Pero lo trató bien.
Juli se quitó la gabardina y, como no supo a quién dirigirse, me dijo: - Pobrecillo, con los buenos ratos que he pasado con él.
- Y él, contigo –respondí, como quien dice y con tu espíritu, amén.
El Tardío solo bebía alcohol los domingos por la tarde. El resto de la semana no iba a los bares, solo en situación excepcional, pero los domingos y festivos no faltaba ni uno. Siendo adolescente adquirió esa costumbre. Se sentaba en la puerta del bar, siempre en el mismo sitio, al sol, con su café solo, y generalmente solo.
La selección natural une a las personas y grupos según afinidades e intereses. Eso no ocurrió hasta los veinte años. Braulio limpiaba el bar de Juli y así se ganaba la vida. Se sentaba a ratos con Valerio, a no decirse nada o poco, pero se entendían con la mirada. Daban una vuelta por el pueblo, solo por estirar las piernas y los domingos tomaban cervezas con cacahuetes en la puerta del bar. Braulio no tenía muchas luces, pero acompañaba. Con el tiempo se unió Simón, otro de “los otros”, de los tardíos, que decían. Los tres acoplaron sus rutinas y sabían diferenciar su tiempo libre y sus quehaceres. Ni se molestaban ni se necesitaban. Ideal.
Cuando Valerio notaba que había bebido una cerveza o un vino de más, decía “necesito irme a dormir la mona”. Y se iba zigzagueando hasta su casa. Meaba en un descampado, eructaba y decía “zi, a casa”.
Nunca jugaba a las cartas ni a la lotería, pero sí que fue el encargado de decir a Juli los números de la Lotería Primitiva que pagaba semanalmente la alcaldesa para todo el pueblo. Tapias del Marqués era un pueblo pobre, pero al ayuntamiento le alcanzaba para pagar un euro a la semana e invertirlo en lotería.
El Tardío le repetía todos los domingos los números a Juli. 10 años tenía yo cuando murió mi madre. 15 años cuando me hice amigo del Braulio. 21 días tarda un pollo en salir, 29 gatos hay en el pueblo. 30 cabras tiene el Sátiro, el cabrero. 33 pasos hay desde la iglesia al bar. Y 35 días hiela cada invierno en Tapias del Marqués.
Juli salió del tanatorio y se fue al bar a echar la Primitiva de la semana.
JALON
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