"LAS MUJERES ESTAMOS TOMANDO MÁS PRESENCIA EN LA CIENCIA"

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Terminamos hoy la serie de perfiles con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, acercándonos al trabajo de Inmaculada Martín Burriel.


P- Inma, ¿qué lazos te unen al Alto Jalón?

Mi marido es de Ariza y mis suegros, Antonio Montero y Lola Sáez, siguen viviendo aquí, por lo que llevo ya 20 años viniendo con frecuencia a Ariza y la comarca.

P- ¿Cuál es tu ámbito de trabajo?

Soy profesora de genética en la Universidad de Zaragoza. Imparto clases principalmente en los Grados de Veterinaria y Biotecnología, además de estudios de Máster. Soy veterinaria de formación y mi lugar de trabajo está en la Facultad de Veterinaria, por lo que la mayor parte de mi investigación la dedico a aplicar la genética molecular en distintos aspectos del campo veterinario: desde el estudio genético de razas autóctonas para su conservación, a analizar mecanismos moleculares de enfermedades que afectan a los animales y a las personas porque trabajo en enfermedades priónicas, fundamentalmente, que son enfermedades que nos afectan tanto a humanos como a animales y el estudio de estas enfermedades en animales nos puede servir para trasladar los resultados a la medicina humana.

P- ¿A qué te dedicas actualmente?

Estamos abriendo nuevas líneas de investigación para estudiar más enfermedades modelo de enfermedades humanas, por lo que la investigación tiene un beneficio doble: la sanidad animal y la salud humana. En este sentido, soy coordinadora del Máster de Salud Global, en el que se aúnan la salud ambiental, humana y animal. Pretendemos que el estudiante vea que no podemos diferenciar los tres ámbitos: para conseguir la salud humana, necesitamos una buena salud ambiental y una buena salud animal.

P- La investigación en España, ¿dirías que es fácil?

Dedicarse a la investigación en España supone sacrificio y paciencia. La financiación en investigaciones es muy limitada y la mayor parte del tiempo estamos buscando la forma de conseguir ese dinero, en lugar de estar dedicándonos a la investigación, tenemos que perder muchísimo tiempo para conseguir financiación para realizar esta investigación. Además, la carrera investigadora no es fácil. Normalmente tienes que hacer el doctorado, y si quieres tener posibilidades de conseguir una plaza medianamente estable en un centro universitario, o en un centro de investigación, conviene que te vayas fuera de España al menos un par de años, ese es el tiempo que se está teniendo que ir la gente. Yo me fui dos años a Francia, aunque este tiempo que se están teniendo que marchar los jóvenes es cada vez mayor. La estabilidad no se consigue hasta una edad muy avanzada. Hay gente que con 50 años todavía no tiene una estabilidad laboral en el campo de la investigación. Es complicado, lo que pasa es que es vocacional y como la gente que estamos trabajando en investigación es porque siempre lo hemos querido, te esfuerzas y haces todo lo posible para poder estar ahí, pero bueno, la verdad es que en España nunca lo hemos tenido fácil, nunca ha sido sencillo investigar.

P- ¿Te has encontrado con más dificultades por ser mujer en tu trabajo?

En mi entorno no, porque realmente comencé mi formación en un laboratorio muy feminizado. En mi grupo, en mi laboratorio, las titulares, o las catedráticas, somos todo mujeres. Ahora ha entrado ya un hombre con plaza estable. Quizás eso ha me influido mucho, que yo lo veía tan normal el estar en un ambiente femenino en investigación.

Es verdad que en los Congresos sigo sorprendiéndome al ver que, en una mesa redonda, la totalidad o la mayoría de sus componentes son hombres y eso son cosas que ahora chocan bastante, porque ahora hay mujeres investigando en todos los ámbitos de la ciencia. Otra cosa que me sorprendió también es cuando conseguí la habilitación para profesora titular, que era una habilitación nacional: de las 12 personas que nos habilitamos, sólo 2 éramos mujeres. Y sorprendía, al menos a nosotras nos chocaba, a lo mejor a ellos no. Pero sí que se ven las diferencias, aunque esto está cambiando. Realmente las mujeres estamos tomando, afortunadamente, más presencia en la ciencia. En biomédicas, fundamentalmente. En Veterinaria hoy en día, el 80% de las alumnas son chicas. En Medicina y en Biotecnología seguramente son más chicas que chicos. Quizás sea en las carreras técnicas donde siguen estando en minoría, ahí es donde se sigue teniendo una idea más masculinizada de las profesiones.

P- ¿Crees que la sociedad reconoce el papel que juegan las científicas?

Creo que jornadas como las del pasado 11 ayudan a visibilizar la función de la mujer. Muchas veces, cuando leemos artículos científicos, sólo vemos el apellido. En mi caso, mis artículos vienen firmados por “I. Martín-Burriel” y de forma instintiva pensamos que es un hombre el que ha escrito el artículo. Recuerdo cuando empecé con mi tesis doctoral, que te sorprendía cuando descubrías que esos apellidos que citabas en tu tesis pertenecían a una mujer. Afortunadamente, eso va cambiando.

P- ¿En qué medida crees que tu relación con el mundo rural influye en tu carrera?

No lo sé, supongo que algo habrá influido, porque soy veterinaria y ahí queda el poso de la relación de la veterinaria con el campo. Ahora trabajo fundamentalmente en ovino, en enfermedades priónicas y otras enfermedades que afectan al ovino. La oveja es mi animal favorito dentro del mundo de la ganadería y cuando voy a Ariza me inspira ver los ganados de Roya Bilbilitana, porque he trabajado en la caracterización genética de razas autóctonas y me gusta verlas, y pienso que esa conservación de razas propias lleva a mantener esas razas y por ende, mantener los pastores, los ganaderos y la población del mundo rural.

Por el contrario, tengo la sensación de que los estudiantes que entran ahora en la facultad, tienen más la idea del veterinario de clínica de pequeños animales, son alumnos que proceden de un entorno más urbanita.

P- ¿Crees que tu trabajo podría realizarse en el entorno rural?

La parte de mi trabajo que no requiere laboratorio y que se refiere a gestión, dirección o redacción, eso se puede hacer desde cualquier parte. Por ejemplo, este pasado verano estuve trabajando desde Ariza, es cuestión de tener buena conexión de internet. Pero lo que es el resto de mi trabajo, la parte de investigación difícilmente podría realizarse en el mundo rural, porque los laboratorios y las universidades están en las ciudades.

P- ¿Crees que las niñas tienen actualmente suficientes referentes femeninos en todos los ámbitos laborales?

Creo que en educación infantil y primaria, la mayor parte de las profesoras son mujeres, con lo cual ahí ya tienen referentes. En el Instituto, yo ahora lo veo por mi hija, ya tienen también profesoras que dan materias más técnicas, más de ciencias básicas y por ahí ya van entrando referencias femeninas. Jornadas como ésta ayudan a visibilizar el papel de la mujer en la ciencia, ojalá no se tuvieran que hacer ya... pero sigue siendo necesario. Sobre todo, en los ámbitos más técnicos, en ingenierías, por ejemplo, hay también jornadas más específicas, porque ahí el número sigue siendo menor, aunque también poco a poco va cambiando.

Estaría bien que tanto en libros de texto, se incluyeran figuras femeninas, que a las mujeres de nuestra edad no nos las han contado. La mayoría de los escritores que estudiábamos en el instituto eran hombres, los científicos también eran hombres... salvo excepciones como Madame Curie y poco más. Hay que empezar a meter más la investigación hecha por mujeres y referentes femeninos. Todo esto, afortunadamente se está mejorando.

En ciencias biomédicas, la mayoría son mujeres, ahí sí que los referentes son claros: cuando vas al médico, un porcentaje muy alto de las veces tu médico es una médica, las enfermeras... Mi ámbito está muy feminizado.

P- ¿Qué haría falta para que las mujeres se interesasen por el mundo científico?

Yo creo que ya se sienten atraídas, lo peor es la dificultad para conseguir una estabilidad laboral y el hecho de tener que irte fuera de España, a lo mejor eso frena más a las mujeres que a los hombres. Cuando he hecho estancias en el extranjero he visto a hombres que están realizando un post-doctorado de larga duración y a los que sus mujeres los han acompañado. A la inversa no lo he visto nunca, no digo que no los haya, pero yo no conozco ninguno.

Esa falta de estabilidad, eso de que con ventimuchos años tengas que abandonar tu país, tu ciudad, tu familia, tus amigos e incluso a tu pareja, para tener que ir a hacer una estancia de larga duración a un centro de investigación... ahí es donde se cortan muchas carreras científicas de mujeres. Las mujeres nos ponemos más trabas en eso, o nos importa más esa parte familiar, también porque a veces no tenemos el apoyo de la pareja para irnos fuera. Creo que es ahí donde más se frena la carrera de la mujer, porque de primeras te aseguro que muchas mujeres piden becas para hacer su doctorado y lo malo es la dificultad desde que consigues doctorarte hasta que consigues la estabilidad.

P- ¿Cuál es la mayor necesidad de la investigación científica en España?

La financiación. Se necesita dinero para poder investigar, para poder hacer grupos estables de investigación, para que los jóvenes que acaban su doctorado puedan quedarse en España, porque está muy bien irte fuera y formarte en el extranjero y tener otra visión, pero con la idea de poder regresar y revertir todo lo que tu país ha invertido en tu formación.

Lo peor es la falta de estabilidad y la precariedad que hay en la carrera investigadora. Tienes que estar tirando de contratos con un sueldo bastante bajo, comparados con los contratos que hay en Europa, para gente muy formada, que ya son doctores y esa falta de estabilidad es lo que más echa para atrás a los jóvenes para investigar y a las mujeres en particular.

También las empresas creo que se deberían implicar más en la investigación. La investigación la tenemos que hacer en España, no podemos estar importando investigación: eso nos sale muy caro. Ya que tenemos buenos investigadores, porque formamos buenos investigadores en nuestro país, que podamos aplicar esos conocimientos a la empresa. Esto también está cambiando, pero muy poco a poco. La parte que las empresas dedican a investigación, en algunos casos es muy limitada. Tendría que haber una mayor implicación, por supuesto del sector público, pero también del privado.



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Con esta última entrevista, terminamos nuestra particular semana dedicada a la Niña y la Mujer en la Ciencia. Es muy interesante comprobar que mujeres salidas de un entorno rural, realizan sus trabajos en diferentes ámbitos de la investigación científica. Y es esperanzador constatar que poco a poco, se va visibilizando el papel de las mujeres en la ciencia y que cada vez más niñas tienen referentes femeninos en carreras científicas.

La otra cara de la moneda es la falta de financiación y la precariedad laboral de las personas que se dedican a la investigación científica. Ojalá esta maldita pandemia, que tantas cosas malas nos deja, al menos nos haga ver la importancia de la investigación en nuestras vidas y por fin se destinen los recursos necesarios como para que estas personas, que realizan un trabajo vital para la sociedad, puedan ejercer su labor con la dignidad y los medios suficientes.

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