"HAY QUE HACER ALGO MÁS CON UNA JOYA DEL RENACIMIENTO COMO EL PALACIO DE CETINA"

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Juan Miguel Guirao es un vecino de Cetina, aunque lleve viviendo fuera desde los 11 años, que además es escritor, aunque él así no se defina: -"Escribo sobre todo para regalar a la familia, los amigos y la gente del pueblo. Me siento muy bien escribiendo, es mi pasión. No soy Cervantes, pero se entiende"-.

-"Nunca te sientes a gusto del todo con lo que haces. Corriges, revisas… hay que sacarlo y ese es el deseo de todo el que escribe"-, nos dice Guirao refiriéndose a la publicación de su última novela, 'Estación olvidada en la memoria'. Autobiográfica e intimista, esta novela narra la historia de un niño de Cetina, contada a través de los hechos sucedidos en una época cambiante en el Alto Jalón en los años 60. -"La forma de vida secular que se iba perdiendo en los pueblos y la emigración por la mecanización del campo están reflejados en este libro, así como la gente de Cetina en los nombres de los personajes. La trama es real y lo que cuento pueden ser mis recuerdos o los de otros"-, detalla el cetinero afincado en Cataluña. Llegó un momento que le tocó también irse a él cuando enviaron a su padre a trabajar a Calatayud, pero recuerda su pueblo y aquellos años como si los viviera ahora: -"Cetina era un pueblo muy dinámico con tareas agrícolas muy activas. Funcionaba la remolacha, el maíz, el cáñamo y había industria alrededor de todo eso. A finales de los 60 o 70 se perdió todo"-.

"La mecanización acabó con puestos de trabajo y estos trabajadores que se van a la ciudad, cuando vuelven, venden a los otros las falsas promesas a la ciudad"-, nos explica Juan Miguel, que vio como en aquella época -"una persona que tenía 20 o 30 hectáreas y podía vivir de ello, prefería irse a la ciudad a hacer cosas muy diferentes como trabajar de portero o en una fábrica, y cuando van al pueblo consideran que la gente realiza tareas inferiores por estar en el campo"-. El escritor mantiene en la memoria todos aquellos recuerdos, pero se da cuenta de que -"la memoria nos acaba fallando y terminamos olvidando esos 10 o 12 primeros años de vida. A todos nos pasa un poco. Para mí es como si hubieran pasado en otro mundo. Quiero seguir recordando la infancia en aquel entorno, ¿tiene que estar olvidada?. Preguntándome sobre esto surge el título de la novela 'Estación olvidada en la memoria'"-.

Además de una novela más y otros tres poemarios que tiene publicados, Girao editará este año un libro de cuentos y otro de relatos cortos. 'Estación olvidada en la memoria', es su segunda novela, publicada en enero y según él es, -"fruto de algo muy general en la gente que hemos marchado. Hemos perdido parte de las raíces y surge de la nostalgia. Hace años que quería hacer un libro como este. El trabajo me absorbía mucho y era difícil hacerlo, pero ahora con más tiempo lo he hecho realidad y materializado. Lo tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo"-. Desde esa distancia nos ofrece su punto de vista de la situación actual del Alto Jalón: -"Hemos perdido la identidad rural. Los pueblos pretendemos ser una pequeña urbe y tenemos que recuperar esa esencia de pueblo. Aquellos que quieren seguir siéndolo son los que triunfan. Hecho en falta casas rurales y tejido turístico así como redes agroculturales"-.

Juan Miguel Guirao, que conoce el mundo de los negocios, la empresa y la economía después de 25 años como director de BBVA Assset Management en Girona afirma que -"hay muchísimos nichos de negocio en nuestra comarca, y más con las nuevas tecnologías, en los que la zona podría triunfar"-. Por eso es optimista en cuanto al proceso de despoblación.-"Hay mucha emprendiduría en los pueblos, se puede revertir la despoblación, pero se necesita apoyo. Nos hemos llevado los recursos del mundo rural y hay que devolvérselos. Veo dinamismo cuando voy, pero está mermado por la falta de gente y por la edad de la gente que está"-, comenta mientras lanza al aire una opción para su pueblo: -"Hay que hacer algo más con una joya del renacimiento como el palacio de Cetina. El pueblo tiene muchas riquezas patrimoniales. Si la Contradanza se hiciera en otro sitio de España ya se estaría luchando por convertirla Patrimonio de la Humanidad o algo así"-.

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