NADA SE CONSTRUYE SOLO

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Nada se construye solo mientras lo estás mirando. Tienes que ponerlo todo en el empeño para conseguir alcanzarlo. El esfuerzo es la base de cualquier cometido. Lo dicen nuestros abuelos y ahora parece que cualquier desengaño, nos provoca mil desvelos y no queremos volver a intentarlo. Que nadie piense que estoy convencido de lograrlo. Solamente ando el camino con el firme objetivo de llegar al otro lado. El otro lado es un Alto Jalón que ya no esté abandonado. Es un futuro mejor, donde nuestros hijos no tengan por qué irse y sus inquietudes puedan cubrirse en nuestro pueblo o en el aledaño.

Cada semana me enfrento a este atril que me he fabricado y humildemente os presento lo que aprendo escuchando a la comarca. Os cuento que hay recursos para emprender y tener un modo de vida; para que no tengamos que esperar el milagro de la venida de una macro empresa que después se la pueda llevar el viento. Aunque hay que estar atentos y hacer, como en Medinaceli, centros de emprendimiento alrededor de ventajas competitivas. Allí, en cruce de dos autovías, la logística está en funcionamiento y el jueves hacen entrevistas a candidatos de la zona para trabajar en esto. Esperemos que funcione mucho tiempo y fije empleo y atraiga familias. Si alrededor de esto, o de los molinos de viento, se formase a las personas... Un módulo formativo reglado de electricidad, de logística, o de lo que sirva para poder trabajar o emprender alrededor de las empresas que ya funcionan...

Conforme avanzo estoy más convencido de que hay opciones de emprendimiento para quien quiera coger nuestro entorno y con ello generar riqueza. Claro está, que ventajas fiscales nos vendrían de perlas. Esto ya no es una utopía, que lo ponen en marcha en Castilla la Mancha y lo piden también en Jaén, donde les han dejado a medias el tranvía. Aquí por no tener, no tenemos ni servicio diario de pediatría. Exigimos que pongan el foco en nuestro modo de vida y nos permitan conservarlo. De la voluntad política depende tomar decisiones que cambien el rumbo del barco. Si nos ofrecen ventajas, podremos competir con las ciudades y las grandes multinacionales para atraer algo que es nuestro, que desde los años 60 nos están robando. Se llevan nuestra mano de obra, nuestro talento y nuestro dinero cada vez que les compramos en lugar de hacerlo en el pueblo.

Estamos a tiempo de solucionarlo. Todo el mundo está viendo que nos estamos muriendo y que tenemos que hacer algo. Pongamos primero nosotros el foco en nuestro modo de vida, pues en él está la clave para dar los primeros pasos. Abracemos nuestra identidad rural para crear algo. Productos de calidad, sostenibilidad en el campo, atención personalizada, artesanía, naturaleza, monumentos, biodiversidad... Sí, me pongo pesado con lo de los pájaros, pero es que lo tenemos al alcance de la mano. A alguien se le puede ocurrir crear un portal para vender paquetes de turismo de la zona. Pongamos en valor los lugares que atesora. Usemos la gastronomía y la fusión de culturas que siempre nos ha tenido en el filo de una frontera y sirvámosla con gracia a quien quiera comérsela. Usemos las casas rurales. Contactemos con agencias de viajes. Trabajemos como canal de venta las redes sociales. Hagamos de nuestro pueblo un lugar rico en oficios, que luego se los vendemos a un Noruego o a un Egipcio. Es lo bueno que tenemos, estamos conectados al mundo.

Y ahora vienen los 'peros'. El más potente, seguro, el de "en la situación que estamos". Os doy la razón. Seguro que es complicado atraer gente a la comarca con la pandemia presente. Seguro que te sientes impotente sin la hostelería abierta cuando produces en la huerta productos para su cocina. Seguro, sí, estoy seguro. Pero de momento, no está montado nada de lo necesario para hacer eso posible cuando ganemos a la Covid-19. El que empiece antes la carrera, estará mejor preparado para rentabilizar el esfuerzo. Eso sí que es 'seguro'. Para eso hay iniciativas como la 'Biblioteca para emprender' o 'Comarca kilómetro 0'. Intentemos acercarnos a proyectos como estos, a ver qué tienen de bueno, y comencemos a hacer algo por nuestros pueblos. Es una verdadera pena que se apunten y participen en ciertas cosas "cuatro gatos" y no estemos dentro todos, residentes e hijos de la tierra. Debemos dejar de quejarnos. Debemos dejar de pedir tanto a otros que 'nos den' o 'nos hagan', y entender que si no lo hacemos nosotros nada va a detener la sangría de estos años. Pronto no vamos a tener escuela, ni médico, ni tienda, ni bar... Pero ni en el tuyo, ni en el pueblo de al lado. No esperemos que nos abran la puerta y tirémosla abajo unidos y a base de trabajo.

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