LA MUÑECA ROJA-BENAMIRA 1919

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Benamira 01


El 16 de noviembre de 1919, en el término municipal de Benamira se producía un trágico accidente aéreo. Un aeroplano Farman se estrella, causando la muerte de sus cinco ocupantes, entre ellos el as de la aviación capitán Ángel Martínez Baños.

Además de Baños, en el accidente fallecieron el piloto F. J Agostini y los mecánicos H. Reich, M. Bolete y J. Godneau. Los apellidos del piloto y mecánicos aparecen en los documentos, escritos con diferente ortografía, según las fuentes consultadas. El capitán Baños tenía en su haber la Cruz del Mérito Militar de Primera Clase y además de piloto, era instructor de vuelo. Fue el primer militar que aterrizó en la capital aragonesa el 8 de abril de 1914, tras completar el Raid Madrid -Zaragoza. Como nota curiosa, en el trayecto tuvieron que repostar en Ariza.

EL 28 de octubre de 1919, marchó para Alfaro para preparar allí un campo de aterrizaje y recibir a la escuadrilla francesa que iba a hacer escala procedente de Pau (Francia) y destino Cuatro Vientos. En el viaje de vuelta a Madrid, como pasajero, con el Farman F-50 es cuando se produce el fatal accidente. Nemesio García, testigo de los hechos comentaba: “A los pocos momentos no quedaba un solo individuo en el pueblo que no acudiera a prestar ayuda.”. Y sigue diciendo:” Allí ante el espectáculo tristísimo que ofrecían los cinco cadáveres y la tétrica luz de los faroles y las llamas de la hoguera, encontrabanse todos los habitantes de Benamira y del caserío de Villaseca, ateridos de frío, sin comer, pero deseosos de cumplir ordenes”. Al saber del accidente el gobernador civil de Soria, envió al pueblo a Balbino Blanco, quien tras dar cuenta telegráficamente del accidente, manifestó que los aviadores llevaban maletas y gran cantidad de dinero y objetos de gran valor. Para a continuación decir" sin que nada faltase al ser todo revisado, y que el pueblo de Benamira no quiso cobrar en modo alguno los gastos que se ocasionaron “

El pueblo se dividió el trabajo, unos velaban los cadáveres, otros custodiaban el aparato, otros iban a por leña para combatir el intenso frío y el resto ayudaba en las tareas de identificación. El capitán Baños, portaba 4000 pts. y una carta de su esposa que enterneció a los presentes. En ella la mujer de Baños, recordaba a su marido “que no dejara de traer la muñeca prometida a su hija y que la niña preguntaba por papá “. Las lágrimas y la emoción recorrieron las mejillas de los lugareños, cuando se encontró una caja y dentro la “muñeca roja”. La muñeca estaba intacta, con algunas manchas de sangre. El capitán no se olvidó de la muñeca de su hijita. Pilar, que así se llamaba la hija murió en Madrid en 1991. Ángela, la hija póstuma de Ángel Baños, fue apadrinada por Alfonso XIII y murió en Madrid en 1981.

En 1929, el alcalde de Benamira, Hipólito García, solicitó al jefe general de aviación un vuelo homenaje con motivo del décimo aniversario del accidente. El permiso fue concedido, y se acordó que dos aviones de la Escuela de Cuatro Vientos realizarán el vuelo, pero las condiciones climatológicas lo impidieron. Parece ser que, al no poder realizar el vuelo, se promovió la construcción de la cruz conmemorativa que se conserva en el lugar del siniestro. En 2019, tal y como narra Carlos Lázaro en su artículo “Una cruz en el páramo de Soria", el sobrino nieto de Baños “realizó gestiones ante el Ejército del Aire y la Embajada de Francia par poder preservar la cruz de Casas de Villaseca"

Tras el sepelio el ministro de la Guerra pronunció un sentido discurso “enalteciendo la honradez, nobleza y sentimientos caritativas del pueblo soriano y exponiendo que, cuando parecía haberse desterrado de España el amor al prójimo, surge el pueblo de Benamira, en la provincia de Soria, para demostrar lo contrario…”.

Muchas veces las historias son tristes y desgarradoras. Pero detrás de la tragedia siempre hay la grandeza de gentes anónimas, como las gentes de Benamira, el caso de hoy.

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