ACHAQUES

|

Mi nieta Marina me regaló una libreta con esta dedicatoria:

“Abuela, aquí tienes una libreta y un boli para que escribas sin parar. Hasta que no la llenes de párrafos (y versos) no puedes descansar ¡A trabajar!


Si quieres, Marina,

que te escriba versos,

yo no lo hago gratis,

los cambio por besos.

Con mi movimiento

y con mi disgusto

del temblor senil,

no salgo del susto.

Ya llevaba tiempo,

con mi ancianidad,

que estaba molesta

y que no admitía

la contrariedad.

Yo siempre a mi madre

le daba consejos,

para que entendiera

que es cosa de viejos.

Y aquellos consejos

para mí quisiera…

Y como el refrán

también yo te digo

que no es predicar

igual que dar trigo.

Tú sabes muy bien

que para dolores

no tomo calmantes.

¡Y bien me fastidia

no estar como antes!

En una ventana

o un escaparate

me veo la chepa.

¡Madre, qué desastre!

De mi pelo blanco

nadie me aconseja,

yo siempre he entendido

que es pelo de vieja,

color que te deja

la naturaleza:

Espero tener

sana la cabeza.

Cuando ya padezco

estos deterioros

presagio que pronto

han de llegar otros.

Llegarán las gafas

de culo de vaso,

después un garrote

que ayude mi paso.


Hace ya algún tiempo,

yo no lo sabía,

me notaron otros

lo poco que oía;

y que dos audífonos

me han recomendado.

Como cuestan mucho

triste me han dejado…

Si subo a la iglesia,

me entra la fatiga

y esto ya es de vieja,

diga lo que diga;

y me duele mucho,

mucho la rodilla

procuro estar cerca,

cerca de una silla.

Y ya por la noche

me subo a acostar,

me enchufo la máquina,

me pongo a pensar,

repaso mis años,

año y año atrás,

comparo con otros

que tienen aún más…

y en ese momento,

empiezo a aceptar

hay una culpable

que se llama edad.

Los días de alergia,

noches de desvelos,

casi cincuenta años

usando pañuelos.

El temblor, la chepa,

fatigas, rodilla,

alergia, sordera,

una catarata…

¡No llevo garrote

y leo sin gafas!

Es mi historia clínica

y mis sinsabores.

La dejo en las manos


de varios doctores.

Comentarios