EL VALLE DE ARBUJUELO

Vía de comunicación entre el Alto Jalón y el Alto Tajo, el Valle del Arbujuelo es un valle profundo, excavado por el arroyo del Pradejón, que se nutre de pequeños manantiales que drenan el páramo de Layna. Entre el Mojonazo al sur, a 1240 metros y el Jalón a 1020 metros, son características sus curiosas formaciones rocosas, causadas por la erosión, como son "los Tolmos", uno de los elementos más característicos de la localidad que da nombre a este valle.

Desde el mirador del Valle de Arbujuelo, situado paralelo a la SO-411 a la altura de Urex de Medinaceli, nada más pasar las vías del AVE viniendo desde Layna, las vistas son increíbles y se puede divisar en un día claro la Estación de Medinaceli y, arriba, el Arco Romano y la Villa. Estas vistas son las que vieron, tras cruzar el campo Taranz, varios hombres principales del Cid y una escolta de cien caballeros en su camino a la vecina Medinaceli. Allí les esperaban doña Jimena, sus hijas, y Álvar Fáñez, para regresar juntos a Valencia, recientemente conquistada por el Cid. El paso por el valle, que sigue la ruta senderista y BTT, era un camino habitual en la Edad Media para quienes venían de Maranchón. 

Las hijas del Cid y sus esposos, los Infantes de Carrión, pasando por este valle se dirigen hacia el Robledal de Corpes. Es allí donde ellas recibirán una brutal paliza a manos de sus esposos (Afrenta de Corpes ) y volverán por el valle de Arbujuelo hacia tierras levantinas donde su padre les proporcionará un nuevo casamiento.

"Salen ellos de Medina

y allí cerca del Jalón pasan,

por el Arbujuelo arriba

prestamente que aguijaban.

Pronto el campo de Taranz

en seguida atravesaban

hasta parar en Molina

la que Abengalbón mandaba"

Históricamente hablando el valle de Arbujuelo es mencionado hasta tres veces en el Cantar del Mio Cid. "Pasan las montañas, que son fieras e grandes, pasaron Mata de Toranz de tal guisa que ningún miedo no han, por el val de Arbuxuelo piensan a deprunar". Así recoge el Poema del Mio Cid parte del recorrido que realiza un rey árabe de Molina de Aragón, cuando desde esa localidad se dirige a Medinaceli a recoger y escoltar a las hijas del Cid.

Todo el Valle está dentro de la ZEPA "Páramo de Layna" y del ZEC del mismo nombre, donde ahora algún proyecto quiere colocar más molinos de viento y placas solares a diestro y siniestro. Ay si viniera el Cid y viera todo esto... Me pregunto si no molestará a las aves protegidas y estropeará las vistas (aún más que lo que ya lo estropean los molinos que hay y el AVE). Además, por si no fuera ese suficiente valor natural, en los últimos años se ha creado una pequeña reserva de microflora con el código SO-001: Microrreserva de flora de las Salinas de Medinaceli. El invierno en estas altas tierras es muy limitante para bastantes especies, por lo que repetiremos en primavera con algún experto que nos hable y nos enseñe. No obstante, la microrreserva de Medinaceli es interesante para observar aves durante todo el año y el paisaje, desde luego, lo vale. Aunque la autovía, el AVE y los molinos nos estropeen algo el encuadre.

Si bajamos un poco hacia Medinaceli, en apenas doscientos metros, nos encontramos la Sima de Arbujuelo. Vallada para que no se caiga nadie, aquí sí que tendremos que venir con expertos, con cuerdas y con dos bemoles para meternos dentro. De momento nos conformaremos con verla por fuera y saber que, la también denominada Sima de los Cristales, comienza con un pozo de ocho metros de profundidad del que parten dos galerías opuestas, una de ellas de unos trescientos metros pasando por varias pequeñas salas con formaciones y algún que otro estrecho.

Continuamos tras la sima nuestro descenso del valle y llegamos a Arbujuelo. No vamos a detenernos demasiado en este pueblo del que ya hicimos reportaje. Aquí puedes verlo. Pero sí que paramos a visitarlo de nuevo. A ver su autobús inglés, sus fuentes y regueros... aunque con este frío hayamos visto sobre todo hielo...

Entre cerros muy deforestados y algunos pequeños cultivos en el fondo del arroyo de Pradejón, sus aguas de carácter salobre permiten la existencia de las únicas salinas existentes en la provincia de Soria y, junto con las de Nuévalos únicas en el Alto Jalón, en el pueblo de Salinas de Medinaceli. Los sedimentos salinos afloran en el último tramo y ya desde la civilización romana hay constancia de la explotación de estas salinas. La vegetación de esta zona está perfectamente adaptada a este tipo de suelos salinos, de hecho, la microreserva de flora reconoce este hecho. Aquí aparecen las únicas citas en Castilla y León de dos especies: Glaux maritina y Scorzonera parviflora. También otras dos plantas protegidas perfectamente adaptadas a estos suelos salinos: la salicornia (Salicornia ramossisima) y la cerraja de agua salada (Sonchus maritimus). Valores naturales que tenemos en la comarca...

Hasta aquí el #MePongoLasBotas de esta semana. Feliz domingo altojaloneras y altojaloneros.