El Desastre de Annual fue un desastre con mayúsculas. Durante el verano de 1921, la Guerra con Marruecos se llevaba por delante casi 12.000 vidas solo en el contingente español, frente a los 800 del bando marroquí. El día 23 de agosto de ese mismo año, en el zoco de Jamis se recibe la orden de escoltar un convoy, compuesto por un sargento y cuatro soldados. Se dirigen al blocao de York, en la zona de Larache, en el actual Marruecos.
Los blocaos eran pequeños fuertes de contención, hechos con materiales muy básicos, que permitían repeler un ataque con pocos hombres. Estas fortificaciones tenían que ser abastecidas de víveres, agua y municiones, y ahí es donde entran en escena los convoyes.
El convoy al que hacíamos referencia es atacado por milicias magrebíes, causando la muerte del sargento, dos soldados y un herido, saliendo ileso el soriano Juan Cuerda Mateo, que queda solo defendiendo el convoy. Nuestro paisano se encontraba a más de 1.000 km de su pueblo, en tierra hostil, donde cualquier paso en falso podía costarle la vida. Dándose cuenta de la situación, se defiende heroicamente del ataque, cubriendo con su cuerpo el de su compañero herido, manteniendo a raya a los atacantes que le envían una lluvia de balas. La llegada de soldados españoles procedentes del blocao pone en retirada a los rifeños. La acción heroica de Juan no sólo salva la vida de su compañero, sino que evita que las armas caigan en manos del enemigo. La hazaña de nuestro ilustre paisano corre como la pólvora.
Casi un mes más tarde, Juan se presenta en su pueblo, Monteagudo de las Vicarías, sin avisar. El encuentro con su madre es de una emoción desbordada, plasmada en los medios de la época. Los mozos lo reciben “dándole serenatas y obsequios sin cuento". En el pueblo es toda una celebridad. Con poco más de 20 años, periodistas y curiosos buscan al héroe. Juan cuenta a un periodista: "Me he salvado por un milagro de Dios. Figúrese usted que de cinco que íbamos, cayeron cuatro de una descarga…me tiré al suelo, y me acerqué a mi compañero herido. Le pregunté: “¿Puedes hacer fuego? Me contestó que no, y añadió: “Como quieres que pueda hacer fuego si me estoy muriendo".
Un día antes de la fiesta fue a Soria, donde fue agasajado por las autoridades. Pero esa misma noche volvió a su pueblo…no se quería perder la fiesta. Se le concedió la Laureada de San Fernando y su compañero finalmente salvó la vida. Parece ser que Juan vivió el horror de los bombardeos durante la Guerra Civil en Barcelona y finalmente, según parece, murió en la ciudad de Torreón, México el 11 de marzo de 1990. Aunque a lo largo de su vida, Juan, se encontró en tierra hostil, el calor de su querido pueblo y sus gentes siempre le acompañó.
JALON
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