¿TIENDES A IDEALIZAR A LOS DEMÁS?

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Recuerdo, hace años, cuando Antonio Gala presentó su libro “El pedestal de las estatuas” dijo en una entrevista: “Los pedestales son para las estatuas y también se caen…”


Ante esta reflexión surge la pregunta: ¿Por qué idealizamos a algunas personas y las colocamos en un pedestal? ¿Nos han engañado o las hemos idealizado? Dependiendo de cuál sea la respuesta el problema estará en quien nos engaña o en nosotros mismos…


Y precisamente vamos a profundizar en el origen de esta idealización que hacemos de los demás.

Generalmente, la exageración de las virtudes de otra persona responde a la satisfacción de una necesidad nuestra: Nos focalizamos en encontrar virtudes o características que necesitamos para nosotros mismos, además de satisfacer carencias afectivas que no hemos sabido identificar y que no están resueltas…


Entonces nos montamos una “película” de fantasía en la que atribuimos rasgos a una persona, rozando la perfección, que no se corresponden con la realidad. Una realidad que un día u otro acabará por imponerse. Entonces ese “castillo en el aire” se viene abajo y nos genera una enorme decepción. ¿Te suena de algo?


Y si seguimos tirando del “hilo” y nos preguntamos ¿porqué tenemos esa necesidad de buscar virtudes en los demás? Solamente hay una respuesta: Autoestima baja.


Así que, si vas por la vida, colocando a la gente en pedestales y quieres dejar de llevarte decepciones, ha llegado el momento de parar y ¡analizar tu autoestima! (Encontrarás más información sobre este tema en el artículo de esta sección: “Autoestima: el sistema inmunológico emocional”)


Pero mientras fortaleces tu autoestima, también es importante que rompas el hábito de la idealización que tu cerebro ha generado ¿cómo?


  • Pon foco en las áreas de mejora de los demás, no para enjuiciarles, sino para que puedas ser más objetivo. Aprende a no “ver todo de color de rosa” en los demás.
  • Recuerda: ¡Ninguna persona es perfecta!
  • Céntrate más en ti y trabaja en disminuir la dependencia emocional de los demás.
  • Cuando te sorprendas comparándote con los demás ¡Para! Y piensa que cada uno de nosotros somos únicos y todos tenemos potenciales y áreas de mejora.
  • Cuando percibas que te estás montando “tu película” ¡Para! y ¡vuelve a la realidad!
  • Reflexiona sobre “tu verdadero yo” y tu modelo que para ti sería “tu yo ideal”, o lo que es lo mismo ¿Qué eres realmente? y ¿Cómo te gustaría ser?
  • ¡Pasa a la acción! Haz algo útil para mejorar.


Como casi todo en la vida, lo importante es encontrar el punto medio (ser objetivo): tan perjudicial es ver sólo los defectos de los demás, como solamente ver sus virtudes. En ambos casos hemos dejado de ser objetivos y estamos buscando satisfacer distintas necesidades, pero todas relacionadas con la Autoestima baja.


Cuídala, mímala porque solamente la Autoestima alta te llevará a ser objetivo y a ver con claridad qué es lo que te falta y qué te sobra en tu vida…



Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

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