LOS AGRICULTORES DEL ALTO JALÓN SE ENFRENTAN A "UN CÓCTEL PARA NO QUERER MOVER EL TRACTOR DE CASA"

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Los agricultores del Alto Jalón se enfrentan a una temporada de siembra del cereal que como cada año es muy complicada y que este año se agrava con la situación actual de crisis derivada del incremento de los costes de las materias primas y la energía provocada por la guerra de Ucrania y el contexto mundial actual. Con una subida de más del doble respecto al año pasado en los precios del gasóleo, los fertilizantes y el resto de insumos, muchos de ellos se encuentran en situaciones límite, máxime si tenemos en cuenta que la situación actual tampoco asegura unos precios futuros del cereal que hagan rentables sus cultivos.


A esta situación compleja se le suman también una serie de recortes en la Política Agraria Común que obliga a los agricultores a cumplir una serie de requisitos en cuanto a cambios de rutinas, aperos y semillas si quieren seguir cobrando las ayudas que se estaban percibiendo hasta ahora, algo que no todos pueden o quieren aplicar. "Nos cambian la forma de producción y el trabajo en el campo de manera muy limitada para como lo hemos ido haciendo hasta ahora", señala desde Alconchel de Ariza Yolanda García, responsable de Agropecuaria Albasaez SL.


El negocio de García, enfocado a la prestación de servicios y actividades relacionadas con la agricultura y la ganadería, tales como la venta y la aplicación de fertilizantes y productos fitosanitarios, está también sufriendo las consecuencias de una temporada de siembra más complicada de o habitual. "A nuestras empresas le está afectando, la gente no quiere comprar fertilizantes este año", señala la emprendedora de Alconchel de Ariza preocupada porque "la gente está muy poco motivada y algunos no pueden hacer frente a tanto gasto". 


La situación todavía se agrava más si cabe en el caso de los afectados por el incendio. "Llega la hora de la siembra, está todo carísimo, y no tengo la nave llena como debería de ser", se lamenta José Luis Campos, agricultor de Ateca al que las llamas le calcinaron 45 hectáreas que tenía sembradas de trigo y esparceta, las cuales iban a ser cosechadas el 20 de julio, dos días después de comenzar el fuego.  Así, se llega a una situación que Yolanda García, gran conocedora del campo del Alto Jalón, define como "un cóctel para no querer mover el tractor de casa".

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