DE PACO MARTÍNEZ SORIA, AL CUENTO DE LA ESPAÑA VACIADA

|

Los que me leéis habitualmente, sabéis que desde mi editorial estoy constantemente animando a enorgullecernos de nuestro mundo rural. El Alto Jalón tiene tantas cosas maravillosas que destacar, promocionar, publicitar, contar, mostrar, descubrir, enseñar... Hay tantas posibilidades, tantos proyectos singulares... Por eso me da tantísima rabia ver cómo nos muestran una y otra vez al mundo rural desde la ciudad. Eso, que parece que no hace ningún daño, va calando en el imaginario social y termina hasta por convencernos a los que vivimos en el pueblo, no solo a los de la ciudad, de que nos tenemos que marchar si queremos prosperar, porque esta es tierra de viejos, colegios cerrados y sin ninguna posibilidad. Solo estamos vivos el fin de semana, cuando tienen a bien venirnos a visitar...


En El Alto Jalón llevamos dos años haciendo un trabajo duro y concienzudo para demostrarnos a nosotros mismos que nadie nos puede pisar. Estamos convencidos de que somos muy grandes y podemos, nosotros solos, hacer de nuestros pueblos lugares más habitables y habitados, acogedores y retenedores de talento, ese que nos quitan siempre desde la ciudad bajo la premisa de que "aquí no hay oportunidad", que nos hemos terminado creyendo todos a base de enseñarnos una realidad con la que no estamos de acuerdo nosotros. Señoras y señores, el que piense que no podemos, está muy equivocado. El Alto Jalón, y en general el mundo rural, es tierra de oportunidad y guarda grandes tesoros que podemos aprovechar. Nosotros lo estamos constantemente demostrando y no vamos a parar. Nos llevan muchos años de ventaja, pero entre todos podemos cambiar la imagen que damos del mundo rural.


¿Y a qué viene todo esto? Viene a que, una vez más, enseñan en la televisión nacional a uno de nuestros pueblos con la boina puesta y la milana al hombro, tal y como nos llevan denostando al medio rural en el cine, la prensa, la televisión o la radio, desde hace casi un siglo ya. Nos venden como ancianos con boina, que lo único que hacemos es ir al huerto. Como tierra vacía de vida y de todo, en la que quedamos cuatro y el colegio es "muy hermoso", pero lo tenemos cerrado. Me refiero en esta ocasión al reportaje que hemos visto esta semana en TVE1 de Santa María de Huerta, pero digo lo mismo del anterior de Almaluez, del que hicieron del teleclub de Arbujuelo, y de tantos y tantos reportajes que nos tratan a la gente del pueblo como si fuéramos paletos, perpetuando así el estereotipo de que en el pueblo estamos "muertos". Antes fue con Paco Martínez Soria, y ahora es con este cuento de la 'España Vaciada' en la que solo quieren vivir cuatro abuelos.


Encima de todo, nos enorgullecemos de salir en la tele enseñando exactamente eso. Nos debe hacer mucha gracia vernos en la pequeña pantalla.. Pues permítanme que yo me baje de esto. Yo no soy ese mundo rural ni quiero que sea esa la imagen que demos. ¿Por qué no entrevistan el otro día a los de Trip Schools apostando por una escuela oficial de idiomas en el mundo rural? ¿O a la carnicera Laura Montón, mujer joven emprendedora del pueblo? ¿O a las de Bar Remacha, apostando por mantener viva la hostelería alrededor del Monasterio? ¿O en Almaluez al ejemplo de integración cultural del Bar Social, o a Eli y su explotación de almendros? ¿O en Arbujuelo a la explotación trufícola o al proyecto de Lucía Fernández que llena de estudiantes extranjeros en verano el pueblo?


Digamos no cuando quieran enseñar de nuestro pueblo "lo de siempre". Quejémonos de que siempre quieran decir de nosotros que estamos vacíos y muertos. Empecemos nosotros por hacerlo. Desterremos de nuestro lenguaje lo de "España Vaciada" y comencemos a señalar a los ejemplos que demuestran que aquí no se va a morir nada. En el periódico no paramos de hacerlo...


Hay un movimiento asociativo tremendo que no ceja en el empeño de potenciar y mejorar la vida en el mundo rural. Y hay también hay una generación en el Alto Jalón de emprendedoras y emprendedores, de entre 30 y 50 años, que apuesta por aplicar a los negocios tradicionales las nuevas tecnologías, por el turismo, por los productos ecológicos y de kilómetro 0, por la gastronomía, por la cultura, por el arte, por la comunicación...  y, sobre todo, por potenciar lo que tenemos, conservar nuestra historia, patrimonio y entorno natural, para hacerlo jugar en favor de mantener nuestra identidad rural y conseguir así que nuestros hijos no se tengan que marchar. De eso sí me enorgullezco. Quizá si enseñásemos esto en lugar de aquello nos luciría de otra forma el pelo.



Feliz semana altojaloneras y altojaloneros.

Comentarios