LA JUNTA REALIZARÁ LA PRÓXIMA SEMANA UN NUEVO CENSO DE AVES ACUÁTICAS INVERNANTES EN EL EMBALSE DE MONTEAGUDO DE LAS VICARÍAS

Cigüeñas y anseriformes en el embalse de Monteagudo de las Vicarías. Foto: Carlos González

La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León comienza, como cada mes de enero, los trabajos para elaborar el censo anual de aves acuáticas invernantes. En el Alto Jalón soriano el censo se realiza en humedales como el de las lagunas de Conquezuela, Miño de Medinaceli (Laguna de la Sima), Judes, Iruecha; el azud de Río Blanco, la balsa de Almaluez, varios puntos del río Henar y, como protagonista, el embalse de Monteagudo de las Vicarías, que el año pasado fue el único humedal altojalonero donde se contabilizaron aves acuáticas invernales.

Este seguimiento anual permite obtener una imagen fija de cada una de las especies y poblaciones de aves acuáticas a nivel regional, y contribuye a revelar la importancia que tienen las diferentes zonas húmedas para la conservación de la biodiversidad en Castilla y León. En el censo de 2021, en la provincia de Soria se visitaron 105 localidades, de las que únicamente 17 tuvieron resultado positivo. La principal localidad con mayor número de aves acuáticas invernantes a escala provincial es el embalse de la Cuerda del Pozo, con 300 aves. En Monteagudo de las Vicarías se contabilizaron un total de 31 ejemplares de dos especies diferentes, siendo el sexto lugar de la provincia de Soria con más especímenes de aves acuáticas invernales, aglutinando un total del 4,31% de la población de estas aves a nivel provincial. 

La importancia del embalse rayano del Alto Jalón con respecto a la avifauna no reside sin embargo en este tipo de aves estacionales, sino en la gran cantidad de migratorias que pueden avistarse en diferentes épocas del año, siendo el mes de septiembre el más propicio. Una importancia ornitológica que le coloca como el principal humedal soriando donde avistar aves migratorias y que se puso de manifiesto a través de la publicación de diferentes censos puntuales en los años 90 sobre sus poblaciones reproductoras, así como través de censos específicos anuales. 

Sus condiciones ambientales parecen haber empeorado en los últimos años, pero sigue siendo uno de los humedales más relevantes de la provincia de Soria y de Castilla y León, tanto en migración e invernada, como en reproducción. De hecho, en las últimas décadas se han reproducido en Monteagudo especies muy escasas en el contexto de Castilla y León, como el tarro blanco, el ánade friso o el zampullín cuellinegro. 

Así, en 2021 se contabilizaron en Monteagudo un total de 1.501 ejemplares pertenecientes a 19 especies de aves acuáticas. Las mayores abundancias se producen en el mes de septiembre, con 383 aves censadas. Por el contrario, los menores números de ejemplares en los meses de invernada, con 21 en enero y 51 aves censadas en el mes de febrero. En cuanto a la riqueza, se observan dos picos: uno entre marzo y abril, con siete especies, y otro entre septiembre y noviembre, con un valor de entre 10 y 12 especies diferentes presentes en aguas rayanas del Alto Jalón.

La familia de los anseriformes (patos) fueron el orden que tuvo mayor abundancia, con 972 ejemplares (65%), debido a las concentraciones ánades azulones durante el paso otoñal. En segundo y tercer lugar, están las fochas y afines, con un total de 237 aves censadas (16%), y los somormujos y zampullines con 153 ejemplares registrados (10%). Las cinco especies más abundantes han sido el ánade azulón, la focha común, el somormujo lavanco, el cormorán grande y el cuchara común, que representan alrededor del 95% de la abundancia total acumulada anual durante el año 2021. Destaca las observaciones de ejemplares aislados de especies escasas durante los pasos migratorios como es el caso del pato colorado, el morito común o el águila pescadora. Un censo en el que se recogen también avistamientos de cigüeñas, garzas, aguiluchos laguneros, avefría, andarrios o gaviotas.